Dos históricos, el Cádiz como campeón y el Celta, cumplieron con los requisitos que exigía la última jornada de Liga para consumar el ascenso y acompañarán a Primera División al Alavés, que selló su subida la semana pasada. Lo hicieron además con protagonismo extremeño. En los gaditanos, el azuaguense Enrique Ortiz, exjugador del Cacereño, fue una pesadilla para la defensa del Xerez Deportivo y provocó el penalti que supuso el 0-2 definitivo. Por su parte, en el Celta el pacense Jesús Perera, antiguo futbolista del Badajoz, salió en la segunda parte y marcó otro tanto decisivo, el 0-2 ante el Lleida.

El Cádiz, que ha disfrutado de una progresión meteórica en los últimos años, después de estar sometido a las penurias económicas y deportivas que le alojaron en el pozo de Segunda B, ha retornado a la máxima categoría trece años después. Su última aventura entre los grandes data del curso 1992-93, cuando terminó decimonoveno.

Más breve ha sido la ausencia en Primera de los dos acompañantes del bloque gaditano. El Alavés vuelve a estar entre los grandes dos años después. El Celta sólo ha estado uno al margen de la elite.

El conjunto vigués pasará a la historia como el único equipo que celebra dos veces el ascenso. Lo logró en el terreno de juego hace quince días después de ganar, precisamente, al Xerez en Chapín. Pero lo perdió en los despachos. Cuando el Comité de Competición le borró los tres puntos por alineación indebida.

El equipo de Fernando Vázquez volverá a celebrar su éxito. No exento de presión por volver a insistir en una situación consumada, venció en Lleida el mismo marcador que el Cádiz en Jerez.

El Eibar fue de Primera durante media hora. A los 17 minutos Llorente marcó el 1-0 frente al Ferrol y entonces ni Cádiz ni Celta habían anotado. El conjunto gaditano, por medio de Oli, logró su primer gol a los 26 minutos, mientras que Jandro lo hizo por los gallegos a falta de dos para el descanso. A partir de ahí, las esperanzas vascas se hundieron y ni siquiera ganó (1-1)