Si el CP Cacereño logra el ascenso mañana en la isla de La Palma, habrá dos personas especialmente felices, entre otras razones por lo numérico. Aunque sea ahora en distintas tareas, Angel Marcos y Antonio Martínez Doblas sumarán un nuevo ascenso. Entre los dos ya tienen siete, ya sea con el Cacereño, ya sea con el Díter Zafra, club en el que ambos han coincidido también. Actualmente, ni el primero es entrenador ni el segundo es el presidente segedano, pero ambos han manifestado que sentirán un orgullo parecido.

Hace siete temporadas, distintos lugares de la ciudad fueron testigo de una celebración muy especial: la del último ascenso del Cacereño a Segunda B. De entonces, ´solamente´ quedan en la plantilla David Rocha y Antonio Jurado. Entonces hubo baño en la popular Fuente Luminosa y escenas como la del entonces alcalde, José María Saponi, en el vestuario, regado con un champán que le empapó la camisa. El exalcalde era un clásico en el palco.

Si se consigue el éxito mañana, el Cacereño habrá sido el equipo extremeño que más ha subido a Segunda División B en los últimos 20 años: serán un total de cuatro.

21 AÑOS DESPUES En el club no quieren hacer cuentas ni dar por hecho la gesta, pero los datos estadísticos son claros: este mes se cumplen 21 años del primer ascenso del Cacereño. Desde entonces, ha disputado 11 temporadas en la categoría de bronce del fútbol español. La historia también ha sido testigo de una única presencia del Cacereño en la Segunda División: fue en la lejanísima temporada 52-53. Con Marcos en el banquillo y como campeón de grupo, se tuvo la opción en la 97-98 de alcanzar de nuevo la plata, pero aquella liguilla de ascenso marcada por un gol anulado a Pulido ante el Granada difuminó el sueño.

El Cacereño, que este año cumple 90 de existencia, necesita reencontrarse con la versión optimista de su trayectoria como club. Así lo sienten los protagonistas, los que llevan mucho tiempo y los que han llegado este año. La eterna coletilla de que en Cáceres el fútbol necesita un empujón y olvidarse de sus continuas desgracias, con descensos especialmente dolorosos como el último en Segunda División B tras un gol fatídico del Betis B en el minuto 94, está lista para cumplirse. Se trata de culminar un ascenso que recuerde viejas escenas vividas ya hace siete años, siete largos años.