La historia de Alberto Contador con Extremadura es la de otros muchos hijos de emigrantes que nacieron lejos de la tierra de sus padres, pero que aprendieron a amarla en veranos, de vacaciones infantiles. Sus padres son de Barcarrota y se marcharon a Madrid buscando mejores oportunidades. Contador es de Pinto, pero se siente «un 30 por ciento extremeño», o al menos es lo que dijo en 2007 en una entrevista en EL PERIÓDICO EXTREMADURA.

En Barcarrota ha recibido varios homenajes en los que ha abarrotado sus calles, sobre todo después de los triunfos en el Tour. Sin embargo, no podrá estar en el próximo que tiene programado en la localidad: el nombramiento de la orden deportiva Hernando de Soto el próximo 9 de septiembre. Le pillará luchando por la Vuelta a España, su último desafío.

SU PRIMERA VICTORIA / Siempre se ha mostrado muy agradecido a la localidad de la que proceden sus progenitores, Francisco Contador y Francisca Velasco, cuya marcha a Pinto se remonta a 1978. Es el tercero de cuatro hermanos. «Barcarrota es mi segundo pueblo, es como mi segunda casa. Allí tengo a mi familia y a muchos amigos y con ellos he pasado muchos veranos de mi infancia», contaba en la entrevista mencionada. «No voy a negar que no me sienta más madrileño por el hecho de haber nacido en Madrid. Pero un 30 por ciento sí que me siento extremeño», añadía.

En sus victorias siempre se ha acordado de sus cuatro abuelos, los paternos Abelardo y María por parte de padre y Paco y Celestina por la de su madre.

Incluso le encanta contar una anécdota muy significativa de su infancia: fue en Barcarrota donde ganó su primera carrera en bicicleta. «Fue con una bicicleta de montaña de mi tío Manolo estaba dando una vuelta con un bocadillo en la mano, me acerqué al campo de fútbol y me apunté para participar en una carrera que estaba a punto de empezar. Tiré el bocadillo, me puse de los últimos hasta que empecé a remontar, a remontar y a remontar. Tanto que al final, en la última vuelta que quedaba conseguí ganar», relataba. H JAVIER ORTIZ