La burbuja del mundo del fútbol está explotando. Como en todos los sectores de la economía, la crisis está afectando al deporte rey y los principales perjudicados son los jugadores, que ven como los clubs, amparándose en varias trampas legales, les pagan tarde, mal o nunca lo que tienen firmado por contrato. Eso ha hecho que la mayoría de futbolistas elija destino en función de la situación económica del club. Lo de sentir los colores pasó a mejor vida. En Segunda División, la elección está más que difícil. Muchos jugadores se ven inmersos en largos procesos judiciales para cobrar lo que es suyo.

"Si se hiciera un control estricto, se vería que la mayoría de los clubs están en quiebra técnica", dice Xavier Martínez. Este abogado especialista en temas deportivos lleva varios casos de futbolistas impagados. Critica que no haya un ente externo que controle la fiscalidad de los clubs y que la Liga de Fútbol Profesional (LFP), supuesto garante de la gestión financiera de los 20 equipos de Primera y los 22 de Segunda.

POLEMICA LEY CONCURSAL Si un jugador no cobra a final de temporada lo que tiene firmado en su contrato puede denunciar al club ante la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) y, si éste no le paga, desciende automáticamente de categoría. Pero desde el 2003, la Ley Concursal ha permitido a varios clubs no pagar sus deudas a final de temporada y evitar el descenso administrativo instando el concurso de acreedores.

Es lo que hizo el Alavés el año pasado al acumular un pasivo de 24 millones de euros. Instó el concurso antes del 30 de junio y dejó sin cobrar a la mayoría de sus jugadores. Uno de ellos es Quique de Lucas, que jugó gratis una temporada y media en el equipo de Vitoria. "Supuestamente, esta ley beneficia al trabajador de a pie, porque las cantidades que cobran se cubren casi siempre. Pero nosotros estamos muy por encima de esos niveles. Con esta ley el mayor perjudicado es el futbolista", dice el exjugador del Espanyol.

Casi todos los clubs que se acogen a esta ley pueden solicitar "rebajas" de sus deudas de hasta el 50% y pagarlas en 5 años. Las Palmas, primer equipo en solicitar el concurso, acabó pagando la mitad de los 66 millones de euros que debía, un 15% de los cuales eran créditos de personal deportivo. El grueso de la deuda correspondía a Hacienda, a la Seguridad Social y al Cabildo.

PAGARES NEGOCIABLES Además de la Ley Concursal, algunos equipos realizan prácticas fraudulentas para pagar tarde o no pagar. El Levante, cuyos jugadores han tenido que hipotecar viviendas y vender coches por impago, lleva años utilizando pagarés a un año a pesar de tener liquidez. Eso le permite retener el dinero mientras que los jugadores tienen que negociar con el banco para cobrar. "Tengo varios amigos en el Levante que siguen sin cobrar lo que les deben", afirma Mario Rosas. "Esto le pasa a muchísimos jugadores", dice Angel Cuéllar, exjugador extremeño de Barcelona. "La crisis está afectando al mundo del fútbol. Ya se acabó la época de bonanza", dice.