Pierluigi Collina, varias veces designado como el mejor colegiado del mundo, anunció ayer su dimisión de la Asociación Italiana de Arbitros de Fútbol (AIA).

"He tomado esta decisión después de 28 años de servicio, al final hemos perdido todos", dijo un emocionado Collina en una conferencia de prensa que convocó en Lucca (norte de Italia).

Su dimisión se produce después de que la Federación italiana de Fútbol le impidiera arbitrar esta temporada en la Primera División al considerar que ello era incompatible con un contrato publicitario que el colegiado había firmado con la firma Opel, por cerca de un millón de euros.

La sociedad automovilística es también patrocinadora del Milán, por lo que la Federación le advirtió de que ese contrato no era compatible con su labor en la máxima categoría, pese a lo cual el árbitro se negó a renunciar a él.

"He dormido menos esta pasada noche que la de la víspera de la final del Mundial", dijo Collina, sin ocultar su amargura. El árbitro, explicó también que informó de su contrato con Opel al presidente de la Asociación de Arbitros, Tullio Lanese, y éste se limitó a felicitarle.