La lesión de Pol Olivier ocupó ayer buena parte de la rueda de prensa previa al Cáceres-Coruña de hoy. «Quiero hacer hincapié en este pequeño problema para dejar las cosas un poco claras», empezó Ñete Bohigas. Explicó que aunque en principio no parecía que la lesión revistiera una especial importancia, «se nos ha ido complicando». Los plazos de recuperación se han alargado y, hoy por hoy, no está muy claro cuándo podrá volver al trabajo. «No tenemos ni idea de cómo es la lesión», reconoció. «El lunes o martes se le realizará otra prueba que nos dirá en mayor o menor medida los plazos en los que podría ayudarnos, pero no hay ningún misterio ni nada», contó el preparador, que sí tiene una cosa muy clara: «No podemos precipitar los plazos porque lo que no queremos es una recaída, no queremos que se complique más la lesión». El preparador verdinego confesó estar más preocupado por el jugador que por la lesión. «Me preocupa él a nivel personal; es su primera experiencia profesional y no está saliendo como todo el mundo sueña». Con la prueba de la próxima semana confía en tener la máxima información para actuar en consecuencia, aunque evitó Bohigas hablar de la posibilidad de buscarle un sustituto. «Vamos a ver qué nos dicen la semana que viene y después vamos a recuperarlo».