Espero que haya quien quiera hacer un proyecto serio». El mensaje que lanzaba ayer de Antonio Martínez Doblas no difiere en mucho al que apuntaba apenas diez días antes en este periódico. Pero ya es julio y el tiempo ha pasado sin que haya una aparente novedad: no hay quien se haya interesado con fuerza en coger las riendas del club.

«Lamentablemente, yo ahora ni tengo tiempo ni puedo», dice el empresario segedano, quien mañana volverá a Cáceres, al ayuntamiento, para volver a transmitir a la alcaldesa, Elena Nevado, cuáles son sus planes o, más bien, cuál es la situación en un cita en la que --o más bien tras la que-- puede haber otros interlocutores. En su día dijo que «nunca voy a abandonar al Cacereño», pero la coyuntura es complicada, a tenor de sus palabras.

Justamente hoy hace un año y tras no pocas dudas (llegó a decidir que el entrenador iba a ser José María Rebollo), se anunció que el entrenador sería Adolfo Muñoz. 365 días después, las incógnitas vuelven, pero en esta ocasión hay más indefinición si cabe. En esta temporada, Martínez Doblas está haciendo más hincapié en el traspaso del club verde.

Lo que echa atrás a quien se ha interesado en los últimos años -en incluso meses— tiene un nombre muy claro: estadio Príncipe Felipe, cuyos gastos cercenan variopintas posibilidades de futuro para la entidad. El propio Martínez Doblas sigue incidiendo, y ahí sí tiene el respaldo de los seguidores verdes: «es injusto que seamos el único equipo que no tiene estadio municipal». Este dato es irrefutable.

También es bastante evidente que jamás ha habido tantas dudas alrededor del club, que en muy escaso plazo de tiempo cumplirá cien años. Sin embargo, hay también quien no lo duda: Martínez Doblas volverá a poner su dinero para que la entidad vuelva a aspirar a ser campeón.

De momento, varios clubs del grupo XIV le han cogido la delantera en cuanto a fichajes. Con el Badajoz ya en Segunda B, los favoritos para discutirle el título al CPC son la UP Plasencia de José Diego Pastelero, el Coria de Miguel Rubio y el Azuaga de Antonio Jesús Cobos. Todos ellos tienen ya una base fija sobre la que asentar su teórico poderío. ¿Qué ocurrirá con el Cacereño? A lo mejor mañana se comenzará a saber algo más concreto: si camina por la senda de la ambición o de la mera subsistencia.