El calor era infernal, pero en el minuto 15 el Príncipe Felipe se quedó helado. La afición del Cacereño había visto como su equipo acariciaba el gol en un par de ocasiones, pero en la primera que tuvo el Beasain, no perdonó. «La desgracia de cada semana», se lamentaba al final Adolfo Muñoz, «en una que llega el rival, nos la hacen».

Los detalles, esos a los que machaconamente se refieren entrenadores y jugadores, son los que han decidido la eliminación del Cacereño. «Es lo que nos ha llevado fuera», repetía Adolfo. Eso y la falta de puntería. «El fútbol son resultados, el futbol es acierto», reiteraba el técnico, consciente de que ambas cosas le han faltado a su equipo en esta fase de ascenso.

Aunque el gol del Beasain dejó helado el escenario, el calor volvió a llegar a la grada. La afición había respondido una vez más a la llamada de su equipo y casi 3.000 personas se olvidaron de los treinta y muchos grados para tratar de dar un empujoncito a sus jugadores. La remontada era posible y la afición empezó a creer en ella, sobre todo tras el gol de Minaya: «Sí se puede, sí se puede», gritó la hinchada casi hasta el final, casi hasta el último suspiro, cuando la esperanza verde se apagó completamente.

«Hay que agradecer el enorme esfuerzo que han hecho los jugadores, pero con eso no es suficiente para jugar una fase de ascenso», reconoció un apesadumbrado Adolfo, que no se olvidó de felicitar al contrario, un equipo «que en ningún momento ha sido superior a nosotros». Pero, como se suele decir, el fútbol es así.

El futuro

«Estoy defraudado, apenado, lo que yo quería era ascender con el Cacereño. Lo de ser campeón de liga queda para el recuerdo, pero era en el play off donde nos jugábamos los cuartos», apuntó el técnico verde, que evitó pronunciarse sobre su futuro. «Ahora estoy muy fastidiado. La decisión que tome se la diré primero a Antonio [Martínez Doblas]. La confianza que me ha dado es de agradecer».

El partido comenzó con un homenaje al Diocesano, que por primera vez en su historia ha ascendido a Tercera División. Y, cosas del destino, Dioce y Cacereño deberán verse las caras la próxima campaña en el cesped, en otra larga temporada en el infierno para el CPC.