Neymar se traslada. La compañía Neymar, en realidad. No se marcha un jugador. Se van con él su conocidísimo padre, el fichaje más caro de la historia del Barça, más que el hijo, más que Luis Suárez, por todo lo que ha costado al Barça y no solo de dinero; se van los Toiss, esos amiguitos del alma que le han acompañado noche y día para que el futbolista no sintiera nostalgia de Brasil, y se va la corte de asesores y trabajadores de la empresa, que se establecerá ahora en París para conseguir aquello que perseguía: el liderazgo en la industria futbolística.

Porque eso es Neymar. Una empresa mercantil que trata de convertirse en la primera firma mundial de la industria del fútbol. Ha seguido todos los pasos que, seguramente, constan en el manual de marketing. Pero el producto no ha conseguido el protagonismo único y exclusivo que pretendía ser. Ni en el Barça ni en el fútbol. No ha sido ni el número uno ni el número dos.

Incapaz de superar a Messi, por más que se le invistió como su sucesor y seguramente esa era otra de las razones que motivaron su fichaje (detrás siempre de la inmensa calidad que atesora), Neymar se muda a París para abordar otra escalada.

El reino de Qatar ha querido contratar al verdugo más humillante del club estrella que dirige, ahora que ha perdido al Barça. Neymar fue el gran artífice de la remontada jamás vista, con el 6-1 en los octavos de la Champions. Dos goles anotó, cruciales, para que se consumara el milagro. Pero el decisivo fue obra de Sergi Roberto, un humilde canterano, y la foto fue la Messi abriendo los brazos como un dios inderrocable. Quizá entonces advirtió que no tenía nada que hacer en el Camp Nou.

Tampoco Neymar supo conquistar el cariño de los culés. Sí la admiración, con un vertiginoso regate. Pero la naturalidad no se compra. Ni el amor. El astro brasileño dejará el recuerdo de un maravilloso futbolista, pero también el de una polémica judicial, con medio club desfilando por los juzgados, los dos últimos presidentes encausados y un Barça condenado con dos delitos por todas las maquinaciones que hizo para arrebatárselo al Santos.