La brillante victoria de España contra Portugal obliga a confiar en la capacidad del equipo dirigido por Iñaki Sáez para llegar a la fase final de la Eurocopa 2004, aunque tenga que ser por la vía de la repesca. Un triunfo que serena los ánimos, aunque el seleccionador insista en que nunca ha estado alterado, pese a haber perdido las formas en la víspera del choque ante los lusos.

¿Más tranquilo después de una exhibición como la de Guimaraes?

--Yo no estoy nervioso para nada. Un entrenador que anda de equipo en equipo puede temer por su futuro, pero yo estoy trabajando muy a gusto en la federación. Se me ha dado un cometido fundamental, que es renovar la selección y lógicamente intentar clasificarla para la Eurocopa, pero no me preocupa lo que pueda pasar si no consigo esto último. Yo tengo que llevar a cabo mi cometido. Estaré a lo que diga la federación, que es quien tiene que decidir sobre ese tema, pero insisto en que no me preocupa. Eso es lo que quise decir el otro día. Lo que pasa es que coloquialmente encontré una frase que no era la adecuada. A algunos les ha parecido mal y se me ha comparado con Javi Clemente, que utiliza ese tipo de expresiones. Pero Iñaki Sáez es Iñaki Sáez y tiene cosas buenas y malas, como todo hijo de vecino.

¿No tiene la sensación entonces de que quieren moverle la silla, de que alguien está esperando su destitución?

--Eso es un tema que tampoco me preocupa. Si alguien piensa en hacer eso, bastante desgracia tiene. Es normal que haya quien piense en entrenadores con mucho nombre que ahora no trabajan como un posible relevo para mí, pero los que generalmente mueven más ese tema son los periodistas. A la prensa lo que le interesa es que haya movimiento y buscar preguntas como la que me hizo el periodista portugués. Sé que me va a pasar eso y lo que quise dejar claro es que ese asunto no me inquieta en absoluto.

Cuesta trabajo creer que esta selección perdiera contra Grecia y no pudiera vencer a Irlanda del Norte. --Cuesta creerlo, pero los jugadores tienen momentos en que están más frescos y otros en que no lo están tanto. Entonces el equipo no estaba fresco y paradójicamente fue cuando más oportunidades tuvo. Los griegos sólo tuvieron dos ocasiones y metieron una; nosotros tuvimos muchísimas. La jugadores de la selección demostraron muchas cosas ante Portugal y ése es el camino que tenemos que seguir. Que luego lo podamos llevar a cabo... Una selección es distinta a un equipo que juega todas las semanas y mantiene un ritmo de trabajo.

La presencia de Xabi Alonso y Baraja en el centro del campo resulta clave...

--Supimos en todo momento a qué jugábamos. Lo primero era robarle la pelota al rival y para eso teníamos esos dos pivotes, que se encargaron de robar balones y después de jugarlos. En función de la zona donde se robara orientábamos el juego hacia un lado u otro, intentamos entrar por donde no había gente y llegamos muchas veces al fondo. Y, encima, marcamos tres goles, con lo que nuestro juego quedó santificado.

Pero ninguno de los dos delanteros marcó y quedó claro que Raúl no está en su mejor momento. --La primera parte fue sensacional en conjunto. Era lo más difícil porque todos partimos con las fuerzas al cien por cien. Ambos hicieron un buen trabajo. Raúl, aunque no está en una forma óptima, es muy inteligente en el campo y sabe cuándo debe jugar al primer toque, buscar el último pase, abrir el juego, estar al rechace o aprovechar los movimientos de Torres para estar en la boca de gol. En el segundo tiempo, cuando el contrario gastó fuerzas, supimos responder adecuadamente.

Si la UEFA no dice lo contrario a causa de la denuncia de Armenia, todo indica que España estará en la repesca. --Si vamos a la repesca, que es lo más probable, tenemos que ir con la convicción de que somos un equipo fuerte, que a dos partidos tenemos que ganar a cualquiera. Así hay que afrontar ese reto y que los demás piensen que el coco de esa fase somos nosotros.

¿No teme que los jugadores acusen los desajustes de un inicio de temporada?

--Lo he dejado de temer porque me han dado una prueba fehaciente de que son capaces de reaccionar en un momento como el del partido ante Portugal, un rival de mucha calidad en Europa. Dimos una buena medida y, sobre todo, salimos con un espíritu de trabajo muy bueno, sabiendo a qué jugar. La sensación que le queda a un seleccionador es de que el próximo reto se afrontará con moral y la mejor disposición.