En una sesión intranscendente Rafa Nadal y David Ferrer han puesto el colofón a la conquista de la cuarta ensaladera. España ha redondeado su éxito para culminar la revalidación del título de la Copa Davis. Con las victorias de la jornada de hoy ha subrayado de forma evidente su autoridad. Ha marcado las distancias ante el cuarteto checo.

Nadal ha ventilado a Jan Hajek por 6-3 y 6-4 en menos de 80 minutos. Ferrer ha despachado a Lukas Dlouhy por 6-4 y 6-2 en 58. España ha redondeado su triunfo en la final: 5-0, algo que no sucedía desde la primera eliminatoria del 2008, en Lima, frente a Perú.

El equipo español ha respondido al apoyo ofrecido por los aficionados en el Palau Sant Jordi con la puesta en escena de sus dos primeras raquetas individuales sobre la pista a pesar de la nula relevancia de los envites. Nadal y Ferrer, tal y como había sido establecido en el sorteo previo de la eliminatoria, han saltado a la pista para completar el trámite.

No es habitual que los hombres fuertes del combinado, con exceso de minutos sobre sus espaldas a estas alturas del curso, asuman los residuos del enfrentamiento. España ha dado un gran espectáculo al Sant Jordi, de nuevo escenario de la consecución de la Davis. Las gradas, atiborradas el viernes y el sábado, han decaído en la última sesión, especialmente en el partido que ha jugado Ferrer.

Jaroslav Navratil no ha contribuído a sostener el reclamo del cartel competitivo. Ha prescindido de sus dos pilares: ni Radek Stepanek ni Tomas Berdych, que echaron el resto por los intereses checos desde el inicio de la final, se han vestido de corto para asumir el compromiso. El preparador centroeuropeo ha dado paso a Hajek y Dlouhy, actores secundarios en el camino checo hasta la final.

El primero, que apenas ha creado contratiempos a Nadal, solo había formado parte de una convocatoria con su país: las semifinales contra Croacia. También en un choque sin trascendencia, ante Roko Karanusic, al que superó por 7-6(7) y 6-4. En su primer duelo ante Nadal apenas ofreció resistencia. La bastaron al español dos roturas para cumplir la gestión.

SEGUNDA ENSALADERA CONSECUTIVA

Dlouhy, reputado doblista, modalidad en la que ostenta el sexto lugar en la clasificación mundial, ha jugado en Barcelona su sexto encuentro individual en la Copa Davis. A pesar de sus virtudes en los partidos por parejas solo ha sido empleado para el dobles en dos de sus seis convocatorias con la República Checa.

No ha sido capaz el jugador de Pisek de dar el punto de honor a su país: ha perdido, en una hora de juego, por 6-4 y 6-2 ante Ferrer, que ha ampliado su relación de triunfos en la Davis, 11 en 14 duelos.

España echa el cierre a su nueva conquista. La cuarta de su historia en 10 años y la segunda consecutiva. Es la clausura a la competición, que irrumpirá de nuevo en el próximo año. En España, contra Suiza y en tierra. Como marca la tradición.