ESPAÑA 4: Casillas; Sergio Ramos, Puyol, Marchena, Capdevila; Senna; Iniesta (Cazorla, m.63), Xavi, Silva (Xabi Alonso, m.77); Villa y Fernando Torres (Cesc, m.54).

RUSIA 1: Afinkeyev; Anyukov, Shirokov, Kolodin, Zhirkov; Sychev (Bystrov, m.46, Adamov, m.71)), Zirianov, Semak, Semchov (Torbinski, m.57), Bilyaletdinov; y Pavlyuchenko.

GOLES: 1-0, m.20: Villa. 2-0, m.44: Villa. 3-0, m.75: Villa. 3-1, m.86: Pavlyuchenko. 4-1, m.90: Cesc.

ARBITRO: Konrad Plautz (AUT). No mostró ninguna cartulina.

INCIDENCIAS: Primer partido del Grupo D.

El siete de España es David Villa. Si alguien se lo discutía echando de menos a Raúl tendrá que tragarse sus argumentos hasta nueva orden. Nadie podrá hacerlo desde lo de ayer en el Tivoli Neu de Innsbruck. El delantero del Valencia abrió la participación de España en la Eurocopa con tres goles que vuelven a disparar la ilusión de un equipo obligado ahora a soltar el lastre de las contradicciones que le han apartado durante 44 años de la cumbre del fútbol europeo. Villa completó una de sus tardes soñadas y se convirtió en el gran protagonista de una goleada cerrada por Cesc.

Volver a jugar con dos delanteros no implica renunciar a la filosofía con la que la selección española se abrió camino hacia la fase final de la Eurocopa. Así lo entiende Luis Aragonés, que con ese retoque táctico encontró la solución perfecta para otro estreno espectacular, como ocurrió en el Mundial de Alemania frente a Ucrania. Hay que esperar que en esta ocasión lo que venga después a partir de cuartos, donde casi es forzoso colocar ya a España, la cosas pinten de un color mucho más amable.

España no tuvo ni el toque ni la posesión de la pelota que la han distinguido en los últimos tiempos, pero en cambio dio con una facilidad inesperada para llegar al gol justo de la manera que querían amasar los rusos para sorprenderla, al contrataque. El plan B, ese que tantas veces se ha echado de menos en el equipo español, no tardó más de 20 minutos en aparecer. Capdevila tuvo mucho que ver en ello. El lateral vio la carrera de Torres y allá mandó el balón. El delantero del Liverpool no controló bien en primera instancia, pero acabó robando la cartera a Kolodin para ceder a Villa, que marcó.

Rusia, que no acreditó los atributos que la acompañaron hasta Innsbruck, acusó el golpe aunque estuvo cerca de conseguir el empate. Zyryanov disparó al palo tras un desajuste defensivo y apenas volvió a inquietar a Casillas hasta verse aún más por detrás en el marcador.

CLAVE Ocurrió muy poco antes del descanso cuando entró en acción otra vez Capdevila. Arrancó por su banda, vio el acompañamiento de Iniesta por la derecha y hacia él mandó el balón. El centrocampista azulgrana, poco entonado hasta entonces, lo hizo perfecto. Vio el desmarque de Villa a la espalda de los centrales rusos y le habilitó para que el valencianista marcase bajo las piernas de Akinfeev. (m. 44).

La decisión final de Aragonés de alinear a dos delanteros había resultado un acierto monumental. El seleccionador es un incondicional de Villa y nadie podía dudar de su participación en el partido de ayer a poco que estuviera en condiciones de tenerse en pie. El hecho de que Cesc no esté a tope le ayudó a optar por juntar al delantero del Valencia con Torres en ataque y España funcionó como un rodillo.