El Arena Stozice de Liubliana marca hoy otra final de la selección española de fútbol sala, el actual campeón de la Eurocopa y el ganador de siete de las diez ediciones del torneo, desafiado en el partido definitivo (20.45 horas) por Portugal y Ricardinho, el mejor jugador contra el mejor equipo del continente.

Es el momento por el que han peleado desde el inicio de la competición el pasado 30 de enero tanto España, con altibajos y con una estresante y esforzada victoria en las semifinales ante Kazajistán, resuelta en los penaltis, como Portugal, vencedora de sus cuatro duelos de la fase final, además con 20 goles a favor.

Liderada por Ricardinho, el jugador más determinante del mundo, tuvo mucho mérito el triunfo del pasado jueves en las semifinales frente a Rusia, con un equipo luso que, más allá de la vigilancia a la que fue sometida su estrella, supo sufrir, reponerse y remontar con la irrupción goleadora y decisiva de Andre Coelho.

El futbolista del Movistar Inter, desde el 8-1 en los cuartos de final de la Eurocopa 2018 ante Azerbaiyán el máximo goleador de siempre en el torneo, es la referencia, la magia que mueve a Portugal, reaparecida en una final de esta competición ocho años después, desde la derrota en 2010, precisamente frente a España, ganadora entonces por 4-2 en Hungría.

Es la novena final continental para el equipo español, ganador de siete de las ocho anteriores. Sólo perdió una, en 1999 frente a Rusia y en la tanda de penaltis. El resto fueron suyas. En 1996, 2001, 2005, 2007, 2010, 2012 y 2016. Quiere más: su octavo título. «Nos vamos a dejar la vida para conseguirlo», expresó Rafa Usín.

España ha trazado un camino con altibajos en esta Eurocopa desde su debut con errores frente a Francia (4-4) o desde su triunfo apurado contra Azerbaiyán (1-0). Después, doblegó a Ucrania por la mínima en cuartos de final y este jueves, en las semifinales, se impuso a Kazajistán, quizá en su mejor partido del torneo, que tuvo que resolverse una tanda dramática tras el 5-5.