España no ha perdido el sueño después de perder el primero de los partidos clave del Mundial de balonmano frente a Suecia, pero quedará insomne total si cae nuevamente hoy en el infierno de Split (20.30 horas/Teledeporte) frente a la anfitriona Croacia.

Como le ocurre a menudo en una gran competición, la selección de balonmano es capaz de patinar en el partido menos complejo (Suecia) y jugarse el todo por el todo frente al más complicado: la anfitriona Croacia, que estará empujada por 12.500 febriles patriotas y vociferantes seguidores, unido a la presunción de que su presencia en las semifinales es vital para los intereses de la IHF (Federación Internacional).

España, tras perder claramente con Suecia, necesita la victoria en Split. De lo contrario, las semifinales se esfumarán pues alcanzar la segunda fase sin puntos es poco menos que caminar huérfano y sin linterna por un callejón oscuro.

Lo peor de una derrota es que España, que lleva el logo de Marca Extremadura en su camiseta, incluso, se verá obligada a ganar a la correosa Corea del Sur el jueves para llegar hasta Zagreb.

Croacia parte con el cartel de anfitriona, que en un Mundial es poco menos que asegurarse las semifinales (ha ocurrido siempre menos en Portugal 2003).