ESPAÑA: (12+10) Barrufet; O´Callaghan (1), Dujshebaev (3), Ortega, Hernández, Colón (6), Entrerríos (4) --siete inicial-- Masip, Juancho Pérez, Ortega (4,2p), Juanín (1), Romero (2), Garralda (1).

YUGOSLAVIA: (9+11) Peric; Perunicic (4), Lapcevic (1), Djurkovic, Matic, Milosavlejvic (2), Skrbic (4) --siete inicial-- Lisicic (3), Jovanovic (1), Petric, M.Bojinovic (2), N.Vojinovic (2), Sterbik (ps), Maksic (1).

M. C. C. M.: 2-1, 4-2, 5-4, 8-7, 9-8, 12-9, (descanso), 12-12, 14-13, 18-15, 18-17, 20-19, 22-20 (final).

ARBITRO: Bord y Buy (Francia).

España se tomó una revancha merecida frente a Yugoslavia (22-20) en la tercera jornada del Mundial de Portugal, cargada de mensajes e importante para los cruces de acceso a semifinales, pues esta victoria le va a colocar como primera de grupo al final de la primera fase y, por tanto, con un sólo partido comprometido a 6 días vista.

Ahora a España le esperan las accesibles Kuwait y Túnez. Desplazada Yugoslavia, el único adversario de entidad del grupo, los españoles pueden afrontar la próxima semana con la certeza de medirse, en el primer cruce con Qatar, presumiblemente. Toda una perita en dulce, que dejaría las puertas abiertas para estar, al menos entre los 8 primeros.

El equipo de César Argilés se tomó la doble revancha que tanto dolió en su momento en el Mundial de Francia 2001, que les apeó de las semifinales, y en el Europeo de Suecia del año pasado.

Ahora con Enric Masip y con Talant Dujshebaev las cosas fueron muy distintas. Aunque no era un partido trascendente, se trataba de dirimir quién iba a terminar primera de grupo para disfrutar de unos cruces más ventajosos.