No se pierdan la carrera de Montmeló. Reserven su asiento. Es este domingo. Vale la pena. Y no es tan caro. El Mundial, los tres mundiales, llegan a Barcelona calentitos, calentitos. La temporada cumplió ayer, en Mugello, su primer tercio ante 85.480 aficionados. Nadie se escapa en la clasificación. Sí, hay favoritos, pero algunos no lo tienen ya tan claro. Por ejemplo, el australiano Casey Stoner y su fulminante Ducati, líder sólido del Mundial de MotoGP, fue derrotado ayer en la pista donde se entrena. Claro que lo fue por Valentino Rossi (Yamaha), el emperador de Mugello, donde ha ganado las seis últimas carreras que ha disputado. Valentinik cruzó la meta por delante de un crecido Dani Pedrosa (Honda), que viene lanzado.

Entre los peques, Héctor Faubel (Aprilia) ha sido el primero en repetir triunfo en 125cc y, gracias a la caída en la última vuelta del checo Lukas Pesek (Derbi), aparecerá en Montmeló con la etiqueta de líder de una cilindrada donde los cinco primeros entraron en el mismo segundo y que ya ha tenido cinco vencedores: Faubel (Qatar e Italia), Pesek (China), Talmacsi (Jerez), Simone Corsi (Turquía) y Sergio Gadea (Francia). Y, en el cuarto de litro, el atrevido y fogoso Alvaro Bautista (Aprilia), incontestable campeón de 125cc del pasado año, logró su primer triunfo. Y no será el último. Lo hizo tras un adelantamiento salvaje en el estrechamiento de Mugello, en el que acabó empujando fuera de la pista al mismísimo Jorge Lorenzo (Aprilia), que se levantó y entró octavo.

MUCHA ATENCION Si les digo que no se pierdan Montmeló es por algo. Mugello demostró que, de momento, no existen reglas. Los compañeros de generación se han perdido el respeto, al igual que los compañeros de equipo. Bautista no solo chocó con Lorenzo. "Alvaro es uno de los nuestros --dijo Lorenzo tras patear un panel de su box-- y está haciendo un gran inicio de temporada, pero no entiendo que sea tan agresivo en las frenadas". Bati también se picó con Alex de Angelis, su compañero de box en el equipo de Jorge Martínez Aspar, que lo mandó a la porra en plena carrera.

SIN RESPETO Tampoco se respetan los compañeros de la misma marca. Tras el pulso entre Valentino Rossi y Dani Pedrosa, el primero en 23 grandes premios en MotoGP, el tercer escalón del podio fue para el veterano Alex Barros, que a dos vueltas del final fulminó a Casey Stoner, su teórico jefe de filas en Ducati. "Estoy orgulloso y me siento enormemente feliz porque aún tengo un poco de fuego en el cuerpo", dijo en la sala de prensa del circuito de Ferrari entre una atronadora ovación.

Barros, de 36 años, el campeón que empezó a correr en España, ha enterrado ya un montón de generaciones de pilotos. Ayer, en la cima de Mugello, compartió su bronce junto a Rossi (28 años) y Pedrosa (21), la pareja destinada a pelearse por el título junto a Stoner (21), el otro baby Puig. Mick Doohan, el campeonísimo australiano, dijo ayer que "tanto Vale como Dani pueden llegar a Casey, pero solo podrán lograrlo si son regulares, si no fallan. Este Mundial será para el más regular de los tres".

CINCO PODIOS Harían bien en no perderse Montmeló. La armada logró ayer cinco de los nueve escalones del podio en juego. Y prometen más. Lorenzo saldrá encendido en Barcelona. Bautista ya ha llegado. Héctor Barberá, tercero en dos y medio, tiene más hambre. Faubel y Sergio Gadea, segundo en 125cc, quieren consolidar el poder valenciano en la categoría. Y Pedrosa, cuya moto se descontrola a mitad de carrera, crece al mismo ritmo que se acerca su primer triunfo del año. "Me peleo más con mi moto que con mis rivales, pero acabaremos convirtiendo esta moto en ganadora", señaló.

El circuito de Montmeló no es el de Mugello. La línea de meta no está al final de su inmensa recta. En el trazado azzurri, muchos aprovecharon el acelerón de sus motos para fulminar a sus rivales en el tramo final de cada carrera.

Héctor Faubel y Alvaro Bautista derrotaron así a sus compañeros de marca y equipo, Sergio Gadea y Alex De Angelis. Rossi no necesitó de ese truco. Stoner contó que su Ducati "no tenía, esta vez, tracción" y Pedrosa, que su Honda era un auténtico Dragon Khan. Demasiada ventaja para el mejor Rossi, que ayer se pintó un inmenso corazón rojo en su casco para demostrar que aún está vivo y ama "con pasión esta profesión".