AD EXTREMADURA FS: Juaki, Marcelo Almeida, Sergio, Diegui, Pablo Angel --cinco inicial-- Jorge y César Quiajada (p), Rubén Cala, Bole, Javi Cala, Pacheco, Iván Vázquez, José Diego, Salgado.

NAVALMORAL FS: Josean, Rober, Fermín, Jesusma, Dario --cinco inicial-- Jareño, Javi Ifi, Angel Pérez, Javier, Adri.

GOLES: 1-0-Min. 8: Javi Cala. 1-1-Min. 24: Darío. 2-1-Min. 31: Bole. 2-2-Min. 36: Fermín.

ARBITROS: Martín Ordiales y Santos Manzano (Cáceres).

INCIDENCIAS: Partido de presentación del equipo local. Tremendo calor en la grada y sobre el parquet.

Entretenido duelo regional entre los dos mejores equipos de fútbol sala extremeños. Finalmente, el de menor categoría, el Navalmoral, arrancó un empate (2-2) más que merecido ante una AD Extremadura aún muy verde en su preparación.

Fue, en cualquier caso, un buen banco de pruebas para los dos conjuntos, que dieron varios pasos en su puesta a punto para la temporada, en el caso de los cacereños como solitarios representantes regionales en División de Plata y en el de los moralos como uno de los dos --el otro es el Montijo-- en Primera A.

El encuentro fue movido y los futbolistas se afanaron por agradar para, al menos, hacer más llevadero el asfixionante calor reinante. Los 40 minutos dejaron claro que en los de Nano Maroño hay un jugador varios cuerpos por encima del resto, llamado Pablo Angel, que debería estar militando en División de Honor por su tremendo talento.

En los locales se pudo ver a los nuevos fichajes e incluso a los canteranos, algunos de los cuales, como Salgado o Pacheco, que mostraron dinamismo y muy buenas maneras. Como líder sigue estando ahí el incombustible Marcelo Almeida y como añadido se pudo ver a un Bole motivado y rápido en su vuelta a casa. En los moralos, orden casi espartano en un equipo familiar --estos Torrecilla tienen mucho mérito-- y promesa de hacerlo bien en esta temporada.

La AD Extremadura tuvo más opciones de marcar y debió vencer, pero al final casi acaba perdiendo. Asaltan algunas dudas sobre este proyecto, como la falta de un definidor claro, por lo que Maroño tendrá que trabajárselo mucho.