Es el abecé del baloncesto: los tiradores deben meter desde fuera para que las defensas no se cierren sobre los pívots. La cuestión la vive candentemente el Cáceres 2016, asfixiado en más de una ocasión esta temporada por la falta de acierto de sus lanzadores. Los rivales, como hizo el Plus Pujol Lleida, lo leen y permiten espacios para centrarse en la defensa --muchas veces zonal-- del valor ofensivo fijo de este equipo: Wayne Simien.

Los datos corroboran el problema, que aparte del choque del domingo (4 aciertos de 20 intentos desde 6,25) tuvo episodios tan terribles como los de la séptima jornada ante el Clínicas Rincón (3/12), la décima ante el Melilla (2/23), la decimotercera ante La Laguna (3/18) o la decimocuarta en Valladolid (4/24). Curiosamente, en el caso del partido ante los canarios el Cáceres 2016 ganó, pero normalmente ha sido una ecuación exacta: si no hay amenaza exterior, el equipo tiene enormes problemas para llegar a los 70 puntos, pendiente únicamente de que Simien anote una y otra vez con dos y hasta tres defensores pendientes de la ayuda. Si dobla el balón, sus compañeros no siempre responden estando libres.

En el otro polo está el mejor partido ofensivo, al menos en cuanto a dígitos, que ha ofrecido el equipo esta temporada, aquel 100-90 sobre el Basquet Mallorca en el que el acierto resultó altísimo (14/25).

Cuestión de números

Solo cinco equipos de la LEB Oro tiran peor que el Cáceres 2016, que acredita hasta el momento un 34%, resultado de encestar 101 triples de 299 intentos. Con un 33% están Ford Burgos, La Laguna, Beirasar Rosalía y Valladolid, mientras que con 32% el menos atinado es La Palma. El mejor es precisamente el rival del domingo, el Plus Pujol Lleida, con un altísimo 43% (164/383).

Parece que los cacereños empiezan a ser conscientes de sus limitaciones en este apartado, ya que también ocupan el sexto lugar por la cola en triples intentados, pese a que la cifra de 19,9 por encuentro pueda parecer alta por el escaso acierto obtenido últimamente.

Además, se detectan ciertos cambios respecto a la pasada campaña, cuando curiosamente el equipo también concluyó la liga regular con el mismo porcentaje (34%), aunque más intentos por partido (719 en 34 encuentros, 21,1 de media), siendo el octavo de la clasificación en este parámetro.

La mirada de muchos se centra en la posición de alero, la más concurrida del equipo con cinco jugadores después de que José María Panadero volviese a estar disponible tras su lesión. Sin embargo, aquí se esconde otra paradoja: el jugador que más lanza desde 6,25 es un pívot, Diego Guaita (21/73, un oscuro 29%), con cierta diferencia sobre Chus Poves (20/51, 39%). También se han prodigado los bases, con Rod Brown completando quizás su mejor temporada en este aspecto (15/34, un 44%, incluyendo un 5/5 ante Mallorca) y Tomás Bellas lanzando más de tres que de dos, aunque con poca puntería (9/35, un 26%).

"Cuando se disfruta del basket, nuestro juego está dominado completamente por la línea de triple. Y yendo más allá, por el acierto desde tal línea. Tanto para los que juegan como para los que ven el partido". Lo escribió el entrenador del Cáceres 2016, Manuel Hurtado, hace bien poco en su blog .