Que nadie crea que el pescado lo ha vendido hasta que el árbitro pite el final, o de lo contrario se llevará una desagradable sorpresa. Es la conclusión más significativa de esta sexta jornada de liga que nos deja goles in extremis en la recta final, que cambian el resultado y el rumbo de los partidos.

El ejemplo más doloroso para los locales y feliz para los visitantes se produjo en el Príncipe Felipe de Cáceres, en donde muchos pensaron que el Cacereño tenía los tres puntos en el bolsillo ante el Valdelacalzada y encajó un gol en el minuto 95 que le hizo perder dos puntos. Y también en la Ciudad Deportiva Manuel Calzado de Jerez, con el Badajoz con la victoria en la mano, controlando la situación y con su primera victoria fuera de casa a punto de caramelo, pero encajó un gol de polémico penalti en el minuto 83.

También el Imperio

También el Imperio de Juan Marrero, que casi festejaba su primera victoria en la tabla pero en el minuto 88 el Moralo le empató, para su desgracia.

O el Santa Amalia, que tenía en la mano la victoria hasta que en el minuto 79 igualó el Olivenza o incluso el Sport Villanueva, muy cerca de dar la campanada con un empate a cero en el minuto 73 en el campo del poderoso Villanovense, pero después le cayó un chaparrón de tres goles seguidos...

Es la ley de la calle 14 de Tercera División en la que reina la igualdad en cada jornada, si exceptuamos al Plasencia, que goleó por 5-0 al Sanvicenteño, o al Villafranca, imparable tras un 3-0 frente al Valdivia. Salvo la excepción de cada regla, la cotización de los goles sube más que la del Euríbor y tan caros se venden que con uno le basta a muchos equipos para llevarse el gato al agua si son capaces de mantener su ventaja como le sucedió al Pueblonuevo ante La Estrella, o al Cerro en Miajadas, ya que aunque el equipo de Tinín dominó, dos paradas providenciales de Manu a lanzamientos de Rai, evitaron que los locales perforaran la meta pacense.

Fichaje

Y en el primer partido que el Cerro dejó a cero a su rival, llegó su primera victoria. Y como hacen falta goles, el club que preside Antonio Olivera Cachola ha firmado a otro delantero. Se llama Fernando Javier Pierucci, tiene 28 años, es argentino de pura cepa y ha jugado en tres equipos españoles, el San Isidro, la Sangonera de Murcia y el Comarca Níjar, en el que marcó cinco goles en nueve partidos.

Bonitos tangos para una Tercera que registró cinco empates en diez partidos. Y en las seis jornadas de una liga, cuyo liderato duerme esta semana en Villanueva de la Serena, en un total de 60 partidos se han registrado 22 empates y el resto 19 victorias y 19 derrotas de unos y otros, con un porcentaje del 36,6 por ciento de partidos que finalizaron en tablas. Y es puede pasar de todo.