Ya he expresado aquí en diferentes ocasiones lo arcaico del funcionamiento de varias de las federaciones deportivas en Extremadura. Algunas de ellas viven ancladas en el pasado, con muy poca actividad y, lo que es peor, con unos dirigentes que, si mueven un dedo, es a modo de autobombo. En algún caso, se alcanza la categoría de lo grotesco. Ya el pasado año, este periódico desveló el contencioso seguido contra el presidente de la Federación Extremeña de Vela. Tras cinco mandatos, Eusebio Pérez quiso continuar al frente de la territorial, saltándose a la torera la normativa, que impide que los presidentes estén en el cargo durante más de tres. El asunto, un tanto farragoso, está viendo la luz al final del túnel por la cruzada particular emprendida por Antonio Alvarez, un 'guerrero indomable' que terminará siendo el presidente porque así lo manda la justicia, la ordinaria y la natural. Pero hete aquí que hay quien sigue aferrándose al sillón, pese a haber sido conminado por la Junta para que lo deje. Verdaderamente increíble.