David Ferrer señaló hoy en Dusseldorf que ni él ni el resto de los jugadores que mantienen un debate abierto con el presidente de la Real Federación Española de tenis, Pedro Muñoz, son nadie para pedir su dimisión. Harto ya del conflicto que les mantiene en tensión durante las últimas semanas, Ferrer y Feliciano López esperan mañana viernes la visita del secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, para escuchar sus propuestas y tomarlas en consideración.

"Es su decisión, ni entro ni salgo", dijo Ferrer sobre los rumores de que Muñoz no abandonaría y se presentaría de nuevo a la reelección en enero del 2009. "Nosotros no somos quienes para pedir la dimisión de Pedro Muñoz, porque el tenis español no somos solo nosotros. No estamos de acuerdo como se han hecho las cosas y lo hemos manifestado, nada más", dijo.

Ferrer, como el resto de sus compañeros, quiere centrarse en el tenis, y vivir con garra el próximo Grand Slam que comienza el lunes en París. Prefiere guardar ya todo lo que ha sucedido y pasar página. "Es algo que ya está olvidado y ahora lo que cuenta es jugar en París, y luego ya hablaremos, veremos qué se decide o cuál es la siguiente medida", apuntó.

Lissavetzky tiene hoy previsto una primera toma de contacto con Juan Carlos Ferrero, y el entrenador de éste, Antonio Martínez Cascales, en el aeropuerto de Alicante, ciudad donde ha pronunciado una conferencia ante los estudiantes de la licenciatura de Periodismo de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, bajo el título "De Pekín 2008 a Madrid 2016".

Esta noche se reunirá con varios jugadores ya en París, y mañana volará a Dusseldorf (Alemania), donde aprovechará para estar con los jugadores de la selección española de voleibol que participan en el preolímpico en esta ciudad y reunirse con los tenistas que compiten en la Copa del Mundo por equipos. En Dusseldorf se encontrará con David Ferrer, su entrenador Javier Piles, y Feliciano López.