Francia se complica su clasificación para el Mundial de 2006 tras el empate logrado contra Israel (1-1), después de que los locales remontaran un gol en contra del franco-argentino David Trezeguet, que dejó a los galos con uno menos.

Es el cuarto empate de los galos en la fase de clasificación, los tres anteriores logrados en su estadio, donde no conoce la victoria, lo que augura una situación complicada.

El delantero de la Juventus de Turín fue el protagonista del encuentro, el más ofensivo de su equipo, el autor del gol y el protagonista de la jugada polémica que condenó a Francia a jugar con diez durante más de media hora.

El partido llegó al descanso sin grandes oportunidades y con el empate en el marcador, que se rompió hasta que Trezeguet aprovechó un buen pase de Wiltord para adelantar de un soberbio cabezazo a su equipo en el minuto 50.

Pero cinco más tarde el juventino se autoexpulsó por responder con un gesto feo a una entrada de Ben Haim.

Con un hombre más Israel se fue al ataque y puso en jaque a la defensa bleu , que aguantó con problemas hasta que en el minuto 83 Badir marcó con fortuna después de que Barthez no acertara a despejar con eficacia un balón. Era el primer tanto que recibía Francia en toda la fase.

A los hebreos no les quedó gasolina para irse a por la victoria y en inferioridad numérica Francia fue incapaz de reaccionar.

De otro lado, la selección de fútbol de Estonia empató ayer en casa frente a Rusia en el partido de clasificación para el Mundial 2006 y cumplió la promesa de conseguir al menos un punto.

Precisamente a tal resultado se refirió la víspera el técnico de Estonia, el holandés Jelle Goes, quien dijo que en el choque con Rusia le "bastaría exhibir un buen fútbol y conseguir al menos un punto".

Muy mal balance

Para Rusia, que ocupaba el tercer lugar en Grupo 3, tras Portugal y Eslovaquia, que también empataron, el traspié puede equivaler a la eliminación final.

El dominio del conjunto ruso fue total y parecía que los locales no aguantarían la presión. Y así ocurrió. El ataque que condujo al gol ruso lo comenzó el defensa Serguéi Ignashévich, quien desde el centro del campo lanzó el balón hacia el área, donde el delantero del Zenit de San Petersburgo, Alexandr Kerzhakov, rebotó hacia su compañero Arshavin. El disparo cruzado del 9 de Rusia desde unos 13 metros supuso el 0-1 en el minuto 17.

El juego entró en un cauce más tranquilo, pero los locales respondieron con una serie de contragolpes y estuvieron a punto de igualar el marcador.

Tras el descanso el cuadro ruso aumentó la presión contra la zaga local con unas jugadas bien pensadas del tridente ofensivo del Zenit de San Petersburgo: Kerzhakov, Arshavin y Vladímir Bystrov.

La aceleración de la máquina rusa terminó pronto. El defensa local Dmitri Kruglov, bautizado como el Roberto Carlos estonio , disparó fuerte, luego hubo varios rebotes en el área grande, hasta que Térekhov fuese primero en alcanzar el balón al borde del área pequeña y, ya cayendo, lo colocó entre los tres palos (1-1, m.63).