Profesor

El martes asistimos al funeral por el Basket Cáceres SAD. Fue extraño. Dada la concurrencia nadie diría que ha gozado de gran popularidad. Puesto que no había a quien dar la cabezada, se diría que no tenía familia. Como nadie hablaba de las causas de su muerte, se podrá pensar que era una muerte anunciada. Sus amigos, los sencillos, los de un par de acciones, se resistieron mayoritariamente a su muerte. Pero los poderosos, los de decenas de acciones, lo habían sentenciado. Muere ante la indiferencia de muchos y la incapacidad de algunos. Muere sin que nadie se haya dignado a pedir perdón por los errores cometidos, justifique el incumplimiento de su promesas y la inanidad de sus apoyos. Deja una herencia tan mal administrada que puede llevar a impedir que tengamos baloncesto incluso en las divisiones regionales.