Zidane parece condenado a no vivir tranquilo. No lo hace cuando pierde, lógico, pero tampoco cuando gana. La exhibición del ‘Madrid B’, de su segunda línea, de los teóricos suplentes en Riazor, vuelve a abrir la incógnita de quién debe jugar en el Madrid, independientemente del nombre.

Ante el Dépor Isco volvió a exhibirse. No es la primera vez. Esta temporada lo ha hecho más veces cada vez que ha tenido la oportunidad. Pero su papel sigue siendo el de un secundario. En Riazor volvió a ser sustituido y ovacionado incluso por el público gallego. «Esta es la grandeza de un club como el Real Madrid. Es bueno tener 23 titulares prácticamente en el equipo», dijo el jugador saliendo al rescate de su entrenador. «Se demuestra cuando hay cambios respecto a otras alineaciones y lo importante es que juegue quien juegue que no se note mucho. Creo que la plantilla del Madrid es de las mejores del mundo», añadió.

«Nosotros (los teóricos suplentes) trabajamos mucho para cuando tenemos estas oportunidades aprovecharlas. Todos los equipos tienen su once titular y luego están los demás. Lo importante es que cuando jueguen los demás, lo hagamos bien», agregó.

Zidane volvió a revolucionar su once en Riazor. Solo dos titulares en el clásico repitieron, Nacho y el incombustible Marcelo. Los demás, todos jugadores de refrescos. Parecía una jugada muy arriesgada tras la victoria del Barça ante el ya descendido Osasuna. Y le salió bien. Ahora mira al Valencia, a quien se enfrenta mañana (16.15 horas) con la obligación de no volver a fallar. Y en el horizonte, el derbi de Champions ante el Atlético.

Y mientras tanto, Zidane tendrá que seguir escuchando el run run cada vez más fuerte de los que deben jugar siempre y de los que deben jugar un papel de secundarios. Porque en Riazor no solo destacó Isco. Su participación fue espectacular, aunque no menos la de sus acompañantes en el ataque, Lucas Vázquez y Marco Asensio. Ninguna novedad, pues ambos han demostrado que hay mucho fútbol en sus botas, como en las de Morata, que se reivindicó, una vez más, con un gol cuando no se había cumplido el minuto de juego. Y James también estuvo ahí, colaborando con su velocidad y dos goles.

En Riazor, el brasileño Marcelo igualó a su ídolo Roberto Carlos como el jugador extranjero con más triunfos en la historia del Real Madrid (211). Marcelo, el heredero de Roberto Carlos en el lateral izquierdo del Madrid, está a un paso de superar a su referente. Acaba de pasar la barrera de los 400 partidos como un jugador insustituible para Zidane, una de las piezas claves del equipo titular.