La escena vuelve a repetirse. Dos jugadores presencian el entrenamiento del Cáceres desde un banquillo. Uno es habitual de las últimas semanas (Bryan Sallier), pero al pívot norteamericano ya se le ha añadido su compatriota nacionalizado Mike Higgins, que se ha sumado a una huelga que comenzó el ya despedido Derell Washington.

"Ahora mismo sólo cuento con cinco jugadores", decía por la mañana el entrenador verdinegro, Ñete Bohigas, al borde de la desesperación ante la repetición semanal de los problemas de falta de efectivos, ahora aderazada por el que él mismo considera "uno de los mejores profesionales que ha tenido este equipo en toda su historia".

La situación de falta de cobro de los jugadores y, sobre todo, las dudas que genera encontrar una solución, en la que siguen los directivos, crea un problema añadido al Cáceres. La proximidad del 2 de enero, fecha en la que expira el plazo de cambio de jugadores de equipos, hace temer por el abandono del club de varios de los jugadores, que podrían tener opción de irse a otros de la competición o, simplemente, marcharse a sus casas para esperar otras ofertas.

Ante esta perspectiva, Ñete Bohigas trabajó ayer con cinco jugadores seniors --Juanmi Morales está lesionado--. El día anterior hizo terapia de grupo y estuvo con la plantilla departiendo fuera del pabellón Ciudad de Cáceres.

"Los jugadores necesitan saber algo", afirma Bohigas, que espera que haya una solución definitiva a los problemas en un plazo breve de tiempo.

LEON, EN LAS MISMAS El equipo viaja esta semana a León, donde juega ante otra plantilla que está teniendo similar coyuntura: los jugadores han estado durante dos meses sin cobrar. El León, un histórico de la ACB, lleva varias temporadas en la segunda categoría del baloncesto español y arrastra condicionantes endémicos que hacen peligrar el proyecto, como el propio Cáceres.

Los jugadores tendrán vacaciones tras el encuentro en León y en el club temen que algunos no regresen si no hay antes una solución efectiva ante la falta de liquidez. Mientras tanto, los juniors completan los entrenamientos y el desánimo sigue cundiendo entre los profesionales del equipo verdinegro.