No es una última oportunidad pero sí un punto clave en el trayecto de una selección que aún está lejos de confirmar las prometedoras expectativas que se habían depositado en ella. A la selección española le queda tiempo por delante pero nada será lo mismo si esta vez tampoco rompe con un pasado que ha ido de frustración en frustración en cada cita de altura. La Rusia renovada por Guus Hiddink es hoy en Innsbruck el primer termómetro para medir su temperatura competitiva. El mismo rival al que se ganó en el primer partido de la pasada edición en Portugal para luego acabar en la cuneta a las primeras de cambio. Suecia y Grecia disputan en Salzburgo el otro partido del grupo D.

España ha cumplido un calendario de mínimos en los últimos 20 años y se ha quedado sin poder optar a los premios gordos durante más de 40, con la excepción de la final de la Eurocopa de 1984. De nuevo en la línea de salida, está por demostrar que el equipo español haya alcanzado el grado de madurez necesario y el carácter indispensable para marcar su territorio con fútbol convincente y buenos resultados. Nada que objetar a la dirección que ha tomado, pese a la discutida ausencia de Raúl, pero todavía no ha despejado las incógnitas sobre su valor, aun con un vistoso balance de año y medio sin perder un partido.

CONTRADICCIONES Quien no se da más tiempo es su entrenador, pase lo que pase en esta Eurocopa. Los jugadores son de los más jóvenes y Luis, el más veterano de los seleccionadores. Si triunfa se irá por la puerta grande. Si fracasa, se habrá convencido de que no puede sacar más de unos futbolistas que no dejan de ofrecer sensaciones contradictorias. Triunfan a lo grande en sus equipos y no suman todo lo necesario en la selección para dar el salto que se les reclama.

Con el toque y la posesión de la pelota no basta y España, mucho más dotada para el trazo fino que para el cuerpo a cuerpo, se presenta con una defensa en la que sus centrales titulares vienen de cerrar su peor temporada. También que Aragonés haya prolongado hasta última hora sus titubeos para decidir el jugador que actuará por delante de la defensa da idea de su inseguridad, pese a la buena racha de resultados, incluidas victorias de cierto impacto frente a Francia e Italia, los finalistas del Mundial de Alemania, en los amistosos disputados en los meses de febrero y marzo.

Como dejó ver el viernes, será finalmente Senna quien actúe como medio centro, con lo que serán siete jugadores los que repitan respecto al equipo que cayó ante Francia en los octavos del último Mundial: Casillas, Ramos, Puyol, Xavi, Torres y Villa, además del hispanobrasileño. Será especialmente emotivo para Xavi, que vio pasar la Eurocopa de Portugal sin que Iñaki Sáez le diera un solo minuto.

El centrocampista del Barça tendrá a su derecha a Iniesta, a Silva a su izquierda, por donde también se dejará caer Villa, que además de acompañar a Torres arriba tiene que enlazar con el centro del campo. Cesc será de entrada un espectador más desde el banquillo.