La última demostración pública de que la situación de indefinición de cara al futuro lo cubre todo en el deporte extremeño de clubs ha sido la del Extremadura Arroyo, de la Superliga 2 de voleibol femenino. Pero hay muchos más, la cuestión es general, todo girando hacia la misma pregunta: ¿qué previsiones hacer? La respuesta, de los mismos que se la efectúan, es la misma, coincidente en todos sus términos: "de momento, ninguna".

En efecto. Este diario sondeó ayer a distintos clubs extremeños, y todos ellos apuntaban a la misma dirección. Terminada la temporada deportiva para casi todos los de mayor relevancia pública --solamente el Extremadura sigue en competición, intentando subir a Segunda B-- sus dirigentes no saben a qué atenerse y no se han puesto a planificar, como ha ocurrido, en mayor o menor medida, en otras temporadas. "Esto puede ser el desierto", se aventuran a decir desde un club de fútbol de la categoría.

Aparentemente no hay culpables ni se vislumbran soluciones y sí miedo a embarcarse en otro proyecto, lo que se considera una "aventura". Al menos, ninguno señala con el dedo abiertamente, pero todos, en el fondo, hablan de lo mismo: las ayudas públicas, imprescindibles para completar los respectivos presupuestos. "Si este año ha habido recortes, con esta situación de crisis, ¿qué nos espera?", argumentan desde otra entidad emblemática del deporte regional.

"¿Cómo vamos a hacer una plantilla o renovar a un entrenador si no sabemos cómo cuadrar lo de este año, que nos faltan, además, por recibir prácticamente todas las subvenciones, excepto las de la diputación?", se cuestiona abiertamente Angel Marcos, director general del Cacereño, casi parafraseando al consejero delegado, Antonio Martínez Doblas, que tiene el añadido de hacer frente a un aval de 200.000 euros antes del 5 de julio para poder salir en Segunda División B.

Están todos a la expectativa: desde el Escubal de balonmano hasta el Femenino Cáceres de baloncesto femenino, por poner otros dos ejemplos. Las situaciones se asemejan mucho unas a otras. Muchos hacen cuentas y no les salen por la falta de un ingreso-apartado para todos importante de cara al día a día: el dinero correspondiente al patrocinio de la Junta de Extremadura. Sin embargo, la mejor táctica ahora es apelar a la "paciencia", pese a que reconozcan algunos que están "desesperados".

Desde hace ya un par de semanas se lleva insistiendo desde dentro en que "la maquinaria está en marcha y esperemos que se pague todo pronto", pero el problema no está del todo resuelto. En los clubs de fútbol de Segunda División B dicen que confían en lo que les aseguró hace un mes Antonio Pedrera, director general de Deportes, pero sin embargo recuerdan que el dinero no ha llegado aún a sus arcas en un mes crucial para afrontar los pagos.

Depende ahora todo de Intervención. Los convenios están firmados. Hay un trámite burocrático que se está retrasando más de lo deseable.

Desesperación

"Estamos desesperados", asumen en Segunda B. Y es que los plazos han pasado sin recibir lo prometido: de los cuatro que se han puesto, ya ha pasado el de abril y se está en el del segundo, correspondiente a junio. "No hemos percibido ni un euro".

En el caso de los clubs de Cáceres como el Cacereño o el LEB Oro ni Junta ni ayuntamiento han satisfecho el dinero (sí de Diputación). Los clubs con patrocinio de la Junta, en lo que se refiere a fútbol, sus convenios estipulan que percibirán 90.000 euros.

En el Cáceres, la temporada acaba de finalizar con un desajuste importante, más incluso del que se preveía. La directiva sopesa muchas cuestiones y ya ha solicitado una entrevista con la alcaldesa, Elena Nevado. La asociación de aficionados se movilizará también próximamente.

Hay casos para todos los gustos. Hay dudas hasta en el Arroyo de fútbol. Una vez confirmada la marcha de su presidente y mecenas, Juan Bermejo, se cuestiona ahora si una población como la cacereña puede asumir lo que supondría tener un equipo en categoría de plata.

Aún latente, también en fútbol, está la situación del Badajoz. Esta semana recibirá dinero del ayuntamiento, pero la viabilidad del proyecto depende ahora del día 19, cuando se dé el ok o no a su plan de viabilidad. Todo está en el aire. Y hay miedo, mucho miedo.