MELILLA: (16+20+18+12) Lethonen (6), Dani López (18), Flanders (8), Martínez (12), García (6) -cinco inicial-- Williams (8), Vukarinovic (4), Van Passen (4), Navarro (0).

PLASENCIA GALCO: (26+21+26+14) Stewart (28), Gianella (6), Lledó (14), Owens (6), Kruiswijk (10) --cinco inicial-- Jobacho (0), Sala (3), Beltrán (2), Rubio (18).

ARBITROS: Alfonso Castillo (Tenerife) y Susana Gómez (Murcia). No eliminaron por faltas personales a ningún jugador de los dos equipos.

INCIDENCIAS: Encuentro adelantado correspondiente a la la séptima jornada de la Liga LEB de baloncesto.

El Plasencia Galco sigue imparable en la Liga LEB y ayer sumó su séptima victoria en otros tantos encuentros disputados, lo que le permite colocarse líder en solitario tras la derrota del Bilbao (98-89 en Zaragoza). El Melilla naufragó desde el primer segundo. La única nota negativa la puso Trelonnie Owens, que cayó lesionado.

El conjunto extremeño pasó como un ciclón por Melilla, donde hasta ahora no había conseguido ganar ningún equipo y demostró por qué comanda la clasificación.

Los visitantes dominaron el partido desde el inicio y controlaron en defensa perfectamente al conjunto andaluz, al que impidieron que hiciese el juego rápido y ofensivo que había desplegado en su pabellón hasta ahora. El Plasencia marcó las diferencias en los dos primeros cuartos y luego vivió de las rentas. Su fuerte salida y la concentración y el acierto de sus jugadores fue suficiente. Por el contrario, el Melilla ofreció una pobre imagen y se mostró impotente frente al poderoso juego interior del equipo rival.

LETAL DESDE EL INICIO

En el primer cuarto, el equipo extremeño se mostró muy sólido y consiguió un parcial de 0-7 a los cuatro minutos del partido.

Esta salida del equipo adversario sorprendió al Melilla, que apenas entró en juego y tan sólo tuvo una tímida reacción y en el minuto 6.40, que le situó a dos puntos (10-12).

A falta de 20 segundos para el final obtuvo una ventaja de 12 puntos (14-26), su mayor distancia en el primer cuarto, que los locales tan sólo redujeron en dos puntos al final del primer cuarto (16-26).

En el segundo periodo, siguió la misma dinámica; gran mentalización defensiva, con buenas finalizaciones de los pívots visitantes, con los que mantuvieron las ventajas y el marcador al descanso era de 36-47.

Fue, sin embargo, en el tercer cuarto, cuando el Melilla casi no existió en la cancha de juego, ante un poderoso Plasencia que no tuvo piedad de su adversario, al que endosó un parcial de 4-12 que dejó el partido casi visto para sentencia. Las ventajas en este tercer cuarto fueron aumentando paulatinamente. La mayor renta del partido fue de 21 puntos de diferencia (46-67), que también igualaría al final. El último cuarto sólo hizo que refrendar la solvencia del equipo que entrena Dani García.