El Cáceres Patrimonio de la Humanidad hizo ayer una presentación mixta: la de un nuevo fichaje y la de un jugador renovado. Olajide Keshinro y Guille Corrales se sentaron en la misma mesa para hablar de sus expectativas de cara a la nueva campaña, a la que el club quiere darle un barniz de ilusión extra.

Keshinro, neoyorquino con pasaporte nigeriano a punto de cumplir los 27 años, dio las gracias por haber recibido «la oportunidad de jugar en la LEB Oro, en una ciudad de baloncesto».

Será su cuarto año en España, donde ha ido ascendiendo categorías: Alcázar y Azuqueca en EBA y Morón en LEB Plata. En el Multiusos espera seguir aportando lo mismo: mucha intensidad y trabajo sucio. «Mi trabajo es estar en la pintura», destacó. «Juego con intensidad y con pasión y hago cualquier cosa que sea necesaria para ganar los partidos», añadió.

En los pocos días que lleva en la ciudad se está encontrando cómodo, según dijo. «El equipo es bueno, con muchos jugadores capaces de hacer cosas distintas. Vamos a hacer una buena temporada si todo el mundo hace lo que tiene que hacer. De momento, todo el mundo está ayudando y me siento cómodo», recalcó.

Corrales, año IV

Ese punto de intensidad es lo que tiene en común con Guillermo Corrales, que el pasado 13 de junio cumplió 22 años. Será su cuarta temporada como verdinegro, unos colores que siente como propios desde que, de niño, acompañaba a su padre --el fallecido presidente de la Federación Extremeña, Antonio Corrales-- a los partidos del Cáceres CB. La diferencia respecto al pasado reciente es que partirá con la etiqueta de base titular. «He ido mejorando, dando pasos, y el de ahora es uno más. Es un proyecto ilusionante», recalcó.

Aseguró que durante el verano --además de trabajar con una onegé en Senegal-- ha estado trabajando mucho el tiro exterior, probablemente su gran carencia. «Sé que tengo que subir los porcentajes, pero una gran parte de esto es tener confianza. Y yo siento que la tengo cada vez más. También quiero sacar el carácter para contribuir a que seamos igual de sólidos fuera que en casa», deseó.

Ya no competirá más por los minutos con un veterano como José Marco. A su nuevo compañero de posición, Pol Olivier, le ve bien por ahora. «Es un jugador joven y estoy seguro de que encontraremos la manera de complementarnos», aseguró.

Mientras, Niko Rakocevic y Robertas Grabauskas no entrenan por problemas de rodilla.