AÑO Y LUGAR DE NACIMIENTO 1975, BARCELONA.

MOMENTO CUMBRE FUE INTEGRANTE DEL EQUIPO QUE EN EL 2000 LOGRO LA PRIMERA DAVIS DE ESPAÑA. GANO CON CORRETJA EL PARTIDO DE DOBLES ANTE WOODFORDE Y STOLLE. DESAPARECIO DE LAS PISTAS TRES AÑOS DESPUES.

--¿Qué recuerda de la final ante Australia en Barcelona?

--Tengo una memoria un poco difusa, porque se me mezclan los recuerdos con las imágenes que he visto después. Pero las sensaciones permanecen, y son muy buenas. Recuerdo la emoción que había durante el partido, con toda la gente apoyando y ayudándonos.

--De su partido de dobles, ¿con qué se ha quedado?

--Con el último punto. Teníamos un match ball con mi servicio y la gente no paraba de gritar. Yo ni siquiera espere a que se callaran. Saqué enseguida y pensé: ¡venga, adelante, y que se acabe lo antes posible!

--Y luego, el domingo, el estallido de la victoria final.

--Fue espectacular. Era el resultado del trabajo de un grupo que nos entendíamos muy bien y que teníamos mucha ilusión. No es que nos hubiéramos impuesto ningún objetivo, pero las ganas y la concentración estaban al 100 por cien, al máximo.

--¿Se sintió el héroe?

--No, que va. Ganamos un punto, el de doble, que vale igual que un individual. No me pude sentir el héroe cuando, por ejemplo, Ferrero ganó dos puntos. Pero él tampoco se sintió el héroe. Eramos un equipo, fuimos todos los que ganamos los partidos para conseguir el título.

--¿Se hubiera visto capaz de jugar alguno de los individuales?

--Evidentemente. No era un novato en individuales. Había ganado un torneo en Bucarest, había derrotado a ocho o nueve jugadores entre los 10 mejores del mundo (a Safin dos veces, Moyá, Puerta, Squillari, Ferrero...) y estaba sobre el 50 del mundo. En cualquier otro país habría jugado los individuales, pero en España hay tantos jugadores buenos que yo, en aquel momento, tenía a seis y siete por delante.

--Después de la gloria que aquel título, ¿cómo gestionó pasar a un segundo plano?

--Con normalidad. En el 2002 llegué a una final en Scottsdale, pero empecé a tener problemas en los pies, estaba mermado físicamente y ves que empiezas a perder con gente con la que no te tocaría perder. En esas condiciones, ya no te hace ilusión ir a jugar a Australia en diciembre. No quise pasar otra vez por el quirófano y a finales del 2003 me retiré.

--¿Qué fue de su vida entonces?

--Durante un tiempo no hice gran cosa. Eso sí, me casé, ahora tengo una niña de casi tres años y, hace unos cinco años, empecé a trabajar en la Academia Sánchez-Casal, donde había entrenado casi toda la vida, y me encargo de un grupo de tenistas jóvenes, de 15 a 22 años, que quieren comenzar a jugar profesionalmente.

--¿Qué espera de la final ante la República Checa?

--Deberíamos ganar, ¿no? Mirando el ranking y los resultados, sobre el papel no hay color. Pero todos los partidos hay que jugarlos. Es un tópico, pero no podemos confiarnos. Nadal casi es capaz de ganar la Davis él solo. Pero hay que jugar.