El juez Santiago Pedraz impuso una fianza de 300.000 euros al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Ángel María Villar, otra de 150.000 euros a su hijo Gorka y otra de 300.000 euros al vicepresidente Juan Padrón, para poder abandonar la prisión en la que ingresaron el 20 de julio. El magistrado de la Audiencia Nacional adoptó esta decisión en un auto al considerar que no hay fundado riesgo de fuga de ninguno de los tres al haberse practicado ya las diligencias consideradas urgentes en esta causa. Mientras, la asamblea de la RFEF aprobó las cuentas del 2016 y el presupuesto del 2017. «Yo me alegro mucho. Me parece magnífico que salgan de la cárcel», dijo Juan Luis Larrea, al acabar la asamblea.

Todo indica que Villar abandonará en las próximas horas el módulo de Soto de Real, donde lleva 12 días desde que el juez Pedraz declarase su ingreso en prisión por el tremendo escándalo que rodea a la federación, que ha llevado al magistrado a elevar a 23 las personas investigadas por el caso Soule. De ellas, una docena ya han prestado declaración y las demás lo harán en un futuro.

Todo eso se recoge en el auto que notificó ayer el juez. En él se asignan las distintas fianzas para los tres encarcelados, ya que el cuarto, el secretario general de la federación tinerfeña, Ramón Hernández, pagó la fianza de 100.000 euros para conseguir salir de la prisión. Más elevada es la cuantía que deberá pagar el hijo de Villar, Gorka, que actuaba como un directivo de la federación pese a no pertenecer a ella para sacar réditos a los partidos amistosos de la selección española.

Mientras, Juan Padrón, desde 1984 en la federación, hombre fuerte y brazo ejecutor de las decisiones de Villar, tendrá la misma fianza que Villar, 300.000 euros.