El hombre de la semana en el Cáceres 2016 se llama Kelvin El Pollito Peña. Su rutilante actuación del pasado viernes en Tarragona (32 puntos, la mitad de ellos en el último cuarto) dio la victoria a su equipo, que estaba contra las cuerdas. En esta entrevista reflexiona sobre aquello y sobre sus complicados meses en la LEB Plata. Hoy, su equipo ha programado un partido amistoso de entrenamiento en el Multiusos contra el Habitacle Badajoz, con entrada libre (18.00 horas).

--¿Cómo se siente?

--Bien. Igual de bien que me sentiría si el equipo hubiera ganado y yo no hubiera encestado esos puntos. Estoy súper feliz porque lo que tengo en mi mente es la clasificación del equipo y nada más.

--¿En qué piensa en esos minutos finales? El partido parecía realmente perdido...

--No había muchas cosas en las que pensar, jugando fuera de casa y tal y como estaban pitándonos los árbitros. Recuerdo que el entrenador asistente (Mario Segalás) nos decía que todavía no se había perdido nada. Y eso fue lo que pasó: tuvimos toda la fe y la esperanza en ganar el partido y así fue, nos lo trajimos para acá.

--¿De verdad que nunca lo vio perdido? Remontar un partido tras perder por cinco puntos a falta de menos de medio minuto se logra pocas veces...

--Si digo que nunca lo vi perdido, estaría mintiendo, pero tampoco lo vi como una cosa imposible. Hay cosas que son así, que te dices a ti mismo: "no lo puedo hacer, pero tampoco es imposible". Gracias a Dios tuvimos ese espíritu y ese ánimo y encestamos esas canastas finales y salimos adelante.

--¿Es más feliz en Cáceres ahora con las victorias? Supongo que sabrá que su juego no deja indiferente a nadie...

--A mí nunca me ha gustado ser perdedor y cuando pierdo me enfado mucho. Ahora creo que la afición de Cáceres vuelve a surgir otra vez. En los primeros partidos de la temporada ganamos cuatro seguidos y ahora estamos a punto de hacerlo otra vez si ganamos el viernes al Santa Pola. Que siga la racha.

--Ha sido protagonista de un gran debate: ¿prefiere jugar de base o de escolta?

--En mi carrera siempre he sido base: en Venezuela fui campeón siéndolo, lo mismo que en el junior college de EEUU y en mi país. Aquí llegué siendo base y gané cuatro partidos consecutivos, pero se nos metió una mala racha. El equipo creyó que lo mejor era buscar otro base como Sam Jones y de momento está dando resultado, conmigo jugando yo de ´2´. Gracias a Dios tengo el don de jugar en las dos posiciones. También he jugado de ´3´ y creo que también lo he hecho bien.

--¿Qué diferencia ve entre Fede Pozuelo y Piti Hurtado?

--Es una pregunta muy personal, pero la voy a responder. No creo que la salida de Fede fuese por ser mal entrenador, sino por la mala racha que se nos metió al equipo. Si él ordenaba una jugaba y nosotros no la hacíamos, no era culpa de él, sino nuestra. El cumplía, pero ninguno respondíamos. Con Piti estamos más concentrados, creyendo más en lo que hacemos. No puedo compararlos a los dos porque son dos grandes entrenadores. Fede no tuvo suerte y cuando vienen los malos resultados siempre pagan los entrenadores y los refuerzos extranjeros.

--Como usted. ¿Llegó a pensar que le echarían del equipo? --Lo pensé. Cuando me dijeron que venía un base llamé a mi agente y le pregunté, pero luego Fede y Piti me dijeron que me necesitaban de escolta y estuve más tranquilo.

--¿Cómo intuye el futuro?

--Bueno. Seguro que vamos a los play offs de ascenso.

--Una historia que no sabe mucha gente es que usted jugó en Cáceres en 1999 con el Pamesa Valencia cadete...

--Sí, en un Campeonato de España, el primero que jugué en este país. Tengo un recuerdo muy bonito de aquel torneo y ahora nuestro preparador físico, Mario Hellín, que estaba en el equipo de Badajoz, me ha venido con muchas fotografías de aquello y he vuelto a ir a los pabellones en los que se jugó. Aunque, si le digo la verdad, no me acordaba de que había sido en esta ciudad.