La final de la NBA prolongará el suspense hasta el último acto. Después de tantas subidas y bajadas de tensión, que han llevado a los dos equipos a pasar del drama a la euforia en el margen de un partido, Los Lakers se han ganado el derecho a pelear por el título, igualando la serie a tres victorias y forzando el séptimo partido en una actuación sobrada de convicción frente a los Boston Celtics (89-67).

Ha sido un repaso de principio a fin, con ventajas de 27 puntos, que ha dejado sin trascendencia todo el último cuarto y ha permitido al equipo de Los Ángeles disputar los últimos minutos con un quinteto de suplentes. El desenlace llegará en la madrugada del viernes también en el Staples Center.

Kobe Bryant, con 26 puntos y 11 rebotes, y Pau Gasol, con 17 puntos, 13 rebotes y 9 asistencias, a una del triple doble, lo que no consigue ningún laker desde 1991, cuando lo logró Magic Johnson, han llevado el peso de los Lakers. Pero jugadores como Artest y Odom han tenido una presencia decisiva, dándole la consistencia que echaba de menos el equipo californiano.

Como si se tratara de uno de los guiones pergeñados en Hollywood, la final ha dado un vuelco espectacular cuando los Lakers estaban contra las cuerdas y parecía que la soga estaba a punto de tensarse de forma definitiva. Esa situación desesperada ha sacado lo mejor del equipo de Phil Jackson. Lo mejor del todavía defensor del título. Esta vez, Kobe Bryant no se ha encontrado solo. Todo el banquillo ha seguido su estela. Aportando defensa, rebote, puntos y, sobre todo, intensidad, una virtud que se echó mucho de menos en los dos últimos partidos de Boston.

Acciones al límite

En algunas fases, los jugadores de los Celtics han probado incluso algunas gotas de su propia medicina. Esta vez, los que han protestado las faltas han sido los jugadores de los Celtics. Y Rondo, Pierce y Perkins los que han acabado por los suelos en acciones llevadas al límite del reglamento por los jugadores de los Lakers, un hecho muy poco habitual. El cambio de papeles, en ese sentido, ha sido absoluto, hasta tal punto que el pívot de los Celtics, Kendrick Perkins, ha abandonado el partido lesionado en una rodilla al principio del primer cuarto.

La transformación de los Lakers ha sido poderosa. Empezando por Artest y Odom, dos de los jugadores a los que se exigía una mayor implicación. Artest no solo se ha cuidado del marcaje de Pierce. Su aportación ofensiva (15 puntos, en una serie espléndida de 10 de 11) ha sido fundamental. Igual que Odom, mucho más activo, sobre todo a nivel reboteador, con 8 puntos y 11 capturas. Los Lakers han contado incluso con la sorprendente aportación de Vujacic, reforzando su ofensiva.

En los Celtics, en cambio, nadie ha sabido encauzar una respuesta y el equipo ha ido descomponiéndose, sin ni un solo atisbo del ambicioso y voraz bloque que se vio en el Garden, quedándose en 67 puntos, su peor anotación de la temporada.

FICHA TÉCNICA:

89 - Lakers: Fisher (4), Bryant (26), Artest (15), Gasol (17), Bynum (2) --cinco inicial-- Farmar (4), Odom (8), Vujacic (9), Brown (4), Walton (-). Powell (-), Mbenga (-).

67 - Celtics: Rondo (10), R. Allen (19), Pierce (13), Garnett (12), Perkins (-) --cinco inicial-- T. Allen (2), Davis (-), Wallace (-), Robinson (6), Williams (-), Daniels (5), Finley (-).

Árbitros: McCutchen, DeRosa, Mauer.

Pista: Staples Center (18.997 espectadores).