La famosa frase de Willy a este periódico a finales de diciembre, «esto es sólo para valientes», se convirtió en un lema casi tatuado en el corazón de cada uno de los aficionados del Extremadura que ha ido desgranando fe, coraje y confianza a favor de su equipo en la segunda vuelta. Con la llegada de los nuevos responsables, el Extremadura fijó un reto que sólo dos equipos habían conseguido en los últimos 15 años: salvar la categoría con sólo 14 puntos en la primera vuelta. Lo habían hecho el Linares (hace más de una década) y el Córdoba B (hace dos temporadas). Cuatro meses después de aquella locura, el Extremadura tiene la salvación a 90 minutos. Los nuevos inversores apostaron fuerte por cambiar el plantel y traer refuerzos de categoría. Con aciertos y desaciertos. Pero con lo que no contaban era con tener a su lado, en cada desplazamiento, a una legión de incondicionales que ya están en boca de toda España: los valientes azulgranas.

Desde que se iniciara la segunda vuelta, la afición del Extremadura ha estado presente en las ocho visitas del equipo moviendo a un global de 2.500 personas, una cifra casi de récord en Segunda B. Todo empezó en Villanueva de la Serena, donde los primeros 300 valientes sufrieron de lo lindo con el empate sin goles en el Romero Cuerda. Por entonces, algunos pensaron que el apoyo masivo sólo fue fruto de la corta distancia. Se equivocaron. Los valientes habían llegado para quedarse. A La Línea acudió un centenar de ellos que vieron la única derrota lejos de Almendralejo en esta segunda vuelta. El desánimo hizo mella y fueron algunos menos los que viajaron a Linares 15 días después. El alegrón fue inmenso y la victoria 1-3 dio alas al Extremadura. Aquellos fueron bautizados como ‘Los valientes de Linares’ y viajaron gratis (invitados por el club) hasta Mancha Real. Allí fueron 200 azulgranas. Otra victoria. Otra alegría.

Dos semanas más tarde, los valientes cruzaron las tierras del Quijote casi de punta a punta para sentarse en el graderío de cemento de La Roda (Albacete) en una jornada gris y lluviosa. Un viaje infernal para un empate sin goles que seguía dejando todo en el aire. El siguiente desplazamiento fue a Lorca, cruzando España de Oeste a Este. 60 personas se montaron en un autocar para ver otro empate sin goles y dos ocasiones en el último suspiro que dejaron un sabor amargo. Lejos de hundirse, volvieron a levantarse. Cinco autobuses y 500 valientes partieron a Granada para ver el triunfo 2-3 del Extremadura. Crecía el optimismo. Pero sin duda la lección de los valientes llegó en Cartagena. 38 de ellos hicieron 1.500 kilómetros y 18 horas de autocar para ver el empate a uno del Extremadura un domingo a las 20.30 horas de la noche. «Esto es un tesoro», dijo por entonces su presidente, Manuel Franganillo.

La locura llegó en Jaén, con casi mil azulgranas en la Nueva Victoria y un triunfo que les deja a un paso de la gloria, mismo lema que el club ha utilizado para el choque del domingo ante el Sanluqueño (18.00). Para ese encuentro, cree que esta afición puede pasar de las 10.000 personas en el Francisco de la Hera. «Ganar es un premio para una afición que nos está dando una lección de fe, entrega, coraje y amor a unos colores. Será un triunfo de Almendralejo, por encima de todo», dice Franganillo. Queda saber qué pasará, pero la afición azulgrana ya ha subido de categoría.