No hubo sorpresas, aunque sí agonía. No podía ser de otro modo. Puede ser que estuviera escrito, El Real Madrid se proclamó campeón de Liga tras vencer al Mallorca (3-1) gracias a tres goles en los últimos minutos. Y el título tiene, sin duda, un nombre propio: Fabio Capello. El técnico italiano, el que desde anoche será ratificado por el de la flor , protagonizó ayer las miradas y los flashes de los fotógrafos, más quizá que cualquier jugador. Nunca antes un entrenador ganador había sido tan criticado. Su estilo rácano, al final, ha triunfado, y con ello el madridismo, que se redime de la crisis de cuatro años. de una forma tan espectacular como inesperada.

Cuatro años de sequía han acabado con el éxito más celebrado, para descanso mental del mejor club del siglo XX. El Madrid, a la deriva durante parte del campeonato, ha terminado siendo el mejor, el que más ha creído en sí mismo. Sus agónicos goles en los epílogos de la última parte del campeonato --y los de los rivales del Barça en partidos puntuales-- han tenido una consecuencia tan lógica como justa, de tal manera que los errores ajenos y la constancia propia le han dado vida hasta la resolución de anoche.

MAS NOMBRES Capello, en efecto, ha eclipsado a los otros grandes nombres de esta Liga y su imagen es la imagen de la última jornada. Ni Van Nistelrooy, ni Sergio Ramos, ni Casillas, ni siquiera Reyes, el hombre del partido con permiso de Diarra, autor del 2-1 en el momento culmen. Al final, esta Liga se recordará por su polémica labor, y en los próximos días se generará y alimentará el debate sobre si el italiano sigue o no. ¿Alguién dudaba hace muy poco que Capello no seguiría la próxima temporada? Ahora las dudas son evidentes.

Pero el madridismo, necesitado de éxitos como nunca en su brillante historia. se fue anoche a La Cibeles y también se fue a La Fuente Luminosa de Cáceres, entre otros lugares emblemáticos de la comunidad extremeña que, a falta de éxitos de sus equipos, se aferra a la grandeza de los grandes de la Primera División. Un apunte sobre ello: el único que nos quedaba por estos pagos con opciones de subir de categoría, el Don Benito, cayó ayer en casa ante el Deportivo B (0-2) y casi dice adiós al objetivo.

Ha sido una temporada atípica, con varios equipos aspirando hasta el final al título. La última jornada ha confirmado, además, que el Atlético de Madrid se ha quedado sin competición europea ---el otro fracasado, con el Barcelona, de esta edición liguera-- pese a ganar en Pamplona. Al final, Zaragoza y Villarreal han sido más regulares y se han metido en la UEFA.

A SEGUNDA Por abajo tampoco hubo noticias que no se pudieran espera, aunque la emoción también se puso hasta el final. El Celta y la Real Sociedad --éste tras 40 años en la élite-- se despiden tras una nefasta temporada, en tanto que Athletic de Bilbao y Betis, aunque in extremis, lograron permanecer entre los mejores.

La explosión de alegría de unos y la decepción de otros --especialmente en Barcelona-- demuestran que el fútbol es pasión. En Sevilla, terceros al final, no puede haber derrumbamiento, ya que tienen un título en el bolsillo --la Copa de la UEFA-- y el sábado juegan la final de la Copa del Rey ante el Getafe.

Será el final de una campaña extraordinaria, no en la calidad, pese a los destellos, sino en emoción. Fútbol es fútbol, que diría un madridista, Vujadin Boskov, y noches como las de ayer, especialmente para el merenguismo , son especiales para quienes aman profundamente este deporte. El Madrid es campeón de Primera en esta Liga 2006-2007, pero ganó el deporte por encima de cualquier otra consideración.