El técnico del Espanyol, Miguel Angel Lotina, anticipó ayer que si el público que asiste a los partidos de fútbol no toma conciencia contra el racismo que aparece en las gradas de algunos estadios, algún jugador no tardará en abandonar el césped para evitar ser objeto de insultos y gritos racistas. Lotina pidió a todos los estamentos del mundo del fútbol llevar a cabo "un planteamiento" para cortar de raíz las manifestaciones discriminatorias. "Un día de estos, algún jugador se irá del campo y entonces, a ver qué pasa. A ver qué hace el rival y qué hace el árbitro", se preguntó. El entrenador apostó por tomar medidas contundentes para acabar definitivamente con los murmullos simiescos que personas dedican a futbolistas negros.

"Tendrían que pararse los 22 jugadores para que la gente reaccione. Y si se vuelven a oír murmullos o insultos, volverse a parar, para ver hasta dónde llegamos", indicó el entrenador.