El Madrid encajó su segunda derrota de la temporada en la Liga, en Mestalla ante el Valencia, en un encuentro marcado por su falta de concentración inicial, los errores de Varane, un fútbol de dominio pero sin pegada y la mala lectura de Zinedine Zidane en los cambios. Una mezcla que anima el campeonato y da vida al Barça, que se sigue agarrando a sus opciones para luchar por el título liguero.

Falta de concentración

El Madrid no entró con la tensión necesaria a un partido que representaba la oportunidad de dar un golpe a la lucha por el título. En diez minutos para el olvido había encajado dos goles y a punto un tercero. El plan de aguantar el balón para frenar el ímpetu inicial del Valencia con su afición empujando desde unas gradas llenas de Mestalla, no salió bien y los jugadores confundieron contemplar el ritmo con falta de intensidad. El hambre del rival les devoró y el partido ya fue cuesta arriba en los 80 minutos restantes.

El peor día de Varane

Dejó el central francés una cara desconocida en Mestalla, invadido por el nerviosismo tras sentirse culpable en los goles. En el primero vio como su marcaje a Zaza no fue lo suficientemente agresivo. El delantero italiano pudo controlar dentro del área y girarse para soltar un zurdazo imparable. La perdida de balón de Varane en la salida de jugada en el segundo tanto, cogió descolocado a su equipo. Laterales incorporados al ataque, Casemiro no tapó su hueco y Orellana aprovechó el desbarajuste. Sumado a una patada de kárate al cuello de Gayá y unas molestias musculares fruto de la tensión con la que jugaba, fue el peor día de la temporada de Varane.

Keylor no fue salvador

El segundo tanto encajado por el Madrid dejó señalado al portero costarricense que no salió con rapidez ni tapó portería ante Orellana. El balón entró por debajo de sus piernas y su reacción no fue buena, entró por el centro de la portería, lo que desata la comparación entre el nivel de la pasada temporada y el mostrado desde que la intervención quirúrgica a la que se sometió el pasado verano. El papel de salvador que tenía Keylor ya no aparece con continuidad en el Madrid mientras crecen los rumores de refuerzos para la portería.

Dominio sin pegada

Al Madrid no le faltó carácter y buscó la reacción todo el partido. Se adueñó del balón pero en esta ocasión le faltó brillantez en los últimos metros, ejecutar una idea de juego. Se encontró con un Valencia firme en defensa al que le salió el plan de partido perfecto. Con dos tantos a su favor podía esperar encerrado en su terreno de juego, defender con orden y salir al contragolpe. Rozó el 80% de posesión el conjunto madridista pero no lo plasmó en ocasiones de gol. Sin intentos de remate, con centros continuos desde las bandas sin rematadores o malos últimos pases en las jugadas, le fue imposible levantar el partido.

La lectura de Zidane

El técnico francés opta por repartir minutos en algunas demarcaciones antes que por dar continuidad a un jugador que está de dulce. Isco, decisivo ante Osasuna y Espanyol, se quedó sin un minuto en Mestalla cuando el panorama del encuentro pedía un jugador de brillantez en el último pase y entre líneas. La titularidad fue para James, Bale necesita minutos para ir ganando ritmo, Varane provocó otro cambio y el último intento de Zidane fue incidir por bandas apostando por Lucas Vázquez. En esta ocasión los cambios no le dieron el resultado deseado e Isco y Morata regresaron defraudados de Mestalla.