Cómo no te voy a querer! ¡Cómo no te voy a querer!...». La plantilla del Madrid entonó su himno oficioso en la Cibeles, donde miles de aficionados blancos se unieron en un solo grito para celebrar la conquista de la duodécima Liga de Campeones. Fue uno de los momentos álgidos de la celebración madridista, que culminó con un nuevo baño de masas en el Santiago Bernabéu, donde se dio rienda suelta a la alegría de todos después de un año de matrícula de honor, con la conquista de la Liga y también de la Champions, agrandando aún más la leyenda blanca.

Antes del baño de masas tocaron los actos protocolarios, las visitas al ayuntamiento de la capital y a la Asamblea de la Comunidad de Madrid. «Tenemos con nosotros un equipo de leyenda, casi no lo creemos. Hoy por hoy es el mejor equipo del mundo. Y lo tiene Madrid», afirmó Manuela Carmena, alcaldesa de la capital. «Hace dos semanas prometimos volver y aquí estamos. Con nuestro espíritu de entrega y lucha se pueden conseguir los éxitos», añadió Florentino Pérez, que encabezó la comitiva blanca.

«Nos sentimos orgullosos de nuestros jugadores, que muestran un compromiso total con nuestros valores. Esta plantilla nos ha dado tres Copas de Europa en cuatro años. Es la mejor del mundo y al frente de ella está el mejor entrenador del mundo, Zinedine Zidane», había dicho el mandatario madridista minutos antes en la sede de la Asamblea.

Pero ni con el doblete histórico bajo el brazo después de levantar en Cardiff su segunda Champions consecutiva se decidió Zidane a dar por sentada de una vez su continuidad en el banquillo del Madrid la próxima temporada, como está estipulado en un contrato que será ampliado además hasta junio del 2020. «Creo que voy a seguir el próximo año», se limitó a decir un tanto azorado en la sala de prensa del Millennium Stadium de la capital galesa después de que le comentaran que el presidente, Florentino Pérez, había dicho que «se puede quedar en el Madrid toda la vida».

Tras los ‘compromisos’ oficiales llegó el turno de ofrecer la orejona a la afición blanca, que le recibió con júbilo, primero en la Puerta del Sol y después en la Plaza de Cibeles, a donde llegó la plantilla en el ya clásico autobús descapotable. La fiesta terminó en el Bernabéu, que a pesar de la hora cubrió todas sus localidades para seguir con la celebración.