VALBUSENDA: Lidia Gesteira (14), Nicole Louden (12), Amanda Lassiter (14), Aitana Cuevas (15), Laura Gimeno (11) --cinco inicial--, Alba Miguel, Marta Garrote (2), Alba García (10), Sara Sánchez (6), Hind Bouzekri, Nieves Llamas (6).

IBERCONSULTING CACERES 2016: Angelova (16), Davis (5), Toñi Hernández (14), DIAmico (14), Razmajte (16) --cinco inicial--, Calle, Rosanas (4), Mejías.

ARBITROS: Pinela y Aguado. Eliminadas Toñi Hernández y Razmaite.

MARCADOR POR CUARTOS: 24-20, 36-35 --descanso--, 62-49 y 90-69 (final).

El Iberconsulting Cáceres 2016 encajó una abultada derrota que muy pocos podrían imaginarse viendo el juego del equipo durante los primeros 20 minutos, en los que el juego interior extremeño creó enormes problemas al Caja Rural Valbusenda (90-69) e incluso el equipo visitante llegó a ir por delante en el marcador en varios momentos.

El partido comenzó con un Cáceres que basó todos su recursos en el juego interior y pronto D´Amico y Razmaite comenzaron a hacer mucho daño desde el poste bajo a un rival que intentaba reaccionar desde el perímetro, pero con muy poco acierto. Así, en el minuto 5 el Cáceres tomaba la delantera (6-8), pero dos triples consecutivos de Sara Sánchez y Lidia Gesteira permitieron al Zamora escaparse (14-8).

Sin embargo, una falta técnica del entrenador local hizo posible la igualada a 16 y se cerraba el primer cuarto con una ligera ventaja zamorana de 24-20. El Cáceres siguió muy concentrado y aprovechó la sequía anotadora de su rival para colocarse 26-30 en el minuto 16. Al descanso se llegaba con un esperanzador 36-35.

El tercer cuarto sería decisivo y todo el buen juego que hasta entonces había realizado el Cáceres se vino abajo al encajar un parcial demoledor de 10-2, que permitió al Caja Rural escaparse a 11 puntos de ventaja. Los triples que no le habían entrado a las zamoranas antes del descanso, ahora si subían al marcador. El parcial de este tercer cuarto se fue a un 62-49 que resultó ya definitivo. en el último cuarto el Caja Rural no bajó la guardia y mantuvo un alto nivel de juego frente a un rival agotado físicamente que pagó muy caro el hecho de tener un banquillo tan corto.