El clásico tira y afloja llegó anoche a un final satisfactorio para todas las partes. Al trasvase de Tautvydas Slezas desde el Cáceres Patrimonio de la Humanidad al Dominion Bilbao Basket solo le falta que los dos clubs lo hagan oficial. Unos querían sacar un beneficio económico y otros buscaban una operación casi a coste cero . Era complejo, pero tras una semana de negociaciones, se ha alcanzado el punto medio.

Lo que quería el Cáceres es que el Bilbao se hiciese cargo de un par de meses de sueldo que se le adeudan al pívot lituano, que por su parte estaba encantado de marcharse a una competición como la Liga Endesa, aunque fuese en un papel más secundario del que tenía en Extremadura. Según asegura el club verdinegro, se le ocultó que había conversaciones hasta el viernes a mediodía con la intención de no descentrarle de cara al choque ante el Oviedo.

Por su parte, el Bilbao finalmente aumentó la oferta al jugador para así compensarle por lo que va a dejar de ganar en Cáceres. Sito Alonso, el entrenador de los vascos, presionó a su directiva para que la operación se cerrase. Le faltaba un interior tras la lesión de Mirza Begic.

NO PODER FICHAR Existía un problema adicional que hasta ahora el Cáceres había silenciado: no es que no esté en disposición de fichar un nuevo jugador --el debate que surgió ante la baja de Mansour Kasse--: es que no puede hacerlo. Si no se está al día de pago de los derechos de competición, la propia Federación Española impide que haya inscripciones. Se deben 18.000 euros y, hasta que no se abonen, no se podrá fichar.

Es una dificultad que se resolverá esta semana con una operación bancaria. Si Slezas se iba, debía venir alguien. Ñete Bohigas, hasta ahora su entrenador, no se oponía a la negociación "si es lo mejor para el club", dijo, pero sí exigía un sustituto. "Solamente con Serrano y Jakstas como pívots perderíamos todos los partidos que quedan hasta el final de la liga", llegó a decir.