Salvo cambio de criterio, la plantilla del Cáceres Patrimonio de la Humanidad tendrán que esperar casi tres meses para disfrutar de la merienda que, como es tradición, uno de los compañeros debe pagar si es nombrado como el mejor jugador de la jornada en la LEB Oro. Sandi Marcius tiene en la mano ese título en la decimoctava jornada, pero aún no es oficial porque quedan dos partidos por disputarse: el Prat-Barcelona B el 26 de enero y el Breogán-Calzados Robusta el 28 de marzo.

Estos malabarismos en el calendario postergan el reconocimiento definitivo al pívot croata por su gran encuentro el martes ante el Quesos Cerrato Palencia (25 puntos, 14 rebotes y 42 de valoración), pero va a ser muy difícil que alguien le libre de rascarse el bolsillo con el resto del equipo. Baste el dato de que únicamente una vez en lo que va de temporada un jugador de la LEB Oro ha alcanzado los 42 de valoración. Fue Xabier López-Aróstegui (Prat) en la novena jornada.

En los siete partidos disputados hasta ahora en la decimoctava jornada, el segundo mejor valorado es Malick Nguirane (Tau Castelló) a una distancia sideral, ya que ‘solo’ ha llegado hasta los 27 puntos.

Muy apreciado

La actuación de Palencia consolida a Marcius como el jugador con mejores números del Cáceres (15,4 de valoración media), con cierta holgura respecto a Niko Rakocevic (13,4) y Sergio Pérez (11,4). Tras un arranque complicado por la lesión que sufrió en pretemporada, se está mostrando como un jugador válido para la LEB Oro, un escalón por encima de la competición en la que la pasada campaña acumuló un ‘MVP’ tras otro.

Se trata de un tipo con buena consideración entre sus compañeros por su esfuerzo y solidaridad. El problema es que está a menudo demasiado solo bajo los tableros.

Tras los resultados de anoche, el Cáceres se mantiene duodécimo, pero todavía debe acabar la jornada. Marcius, por si acaso, va ahorrando.