La batalla final entre el español Sergio García y el escocés Montgomerie por el título del Volvo Masters resultó un enorme bluff , y un discreto golfista irlandés como Paul McGinley --vigesimosexto del mundo-- se aprovechó del cortocircuito de los líderes para ganar en Valderrama el primer título individual importante de su carrera.

McGinley, de 39 años, labró este triunfo desde el silencio. Cuando todo apuntaba a una jornada final de infarto en el partido que medía la talla del joven español y la del veterano escocés, que fue seguida en procesión por miles de espectadores, McGinley fue sumando aciertos por el campo como una hormiguita hasta convertirse, sin hacer ruido, en el amo de las operaciones.

El fiasco de Monty (74 golpes) y García (73) se consumó en el primer tercio del partido. Lo que iba a ser el choque del año quedó muy pronto en nada.

Ese cortocircuito en los primeros hoyos afectó primero a García (doble bogey en el sexto hoyo tras dos visitas a bunker) y en el siguiente a Monty, que se anotó otro doble yerro después de mostrarse incapaz de jugar por calle para alcanzar el green del siete.

De esta forma, en el octavo hoyo comenzó otro torneo. Las depresiones de Sergio y Monty, que acabaron sobre el par, metieron en la pelea a los que venían detrás, principalmente a McGinley.

Desde ese instante y ante la falta de un rostro significativo que seguir, el sol, la falta de viento y la temperatura idílica en la costa gaditana trasladaron el protagonismo a las bondades del clima de Andalucía.

Pero McGinley, un golfista más famoso por embocar el putt en The Blefry que consumó la victoria de Europa sobre los Estados Unidos en la Copa Ryder de 2001, se marchó como un disparo hacia la victoria después de una vuelta por segundo día consecutivo sin bogeys y con cuatro aciertos, para firmar 67 impactos.