El exjugador extremeño del Real Madrid Fernando Morientes reconoció que «un empate no sería malo» para el Real Madrid en el clásico liguero que disputará mañana (16.15 horas) contra el Barcelona en el Camp Nou.

Aun así, Morientes cree que, «tal como está el Barça», su exequipo debe salir este año con la ambición de ganar en casa del eterno rival. «Sería un golpe importante», subrayó.

Un triunfo blanco colocaría al equipo de Zinedine Zidane 9 puntos por encima de los azulgranas, pero Morientes se mostró cauto. «Todavía queda mucha Liga. Tenemos antecedentes que así lo dicen. Esa diferencia te daría tranquilidad, pero la tranquilidad te da la relajación y la relajación te quita puntos», alertó.

Morientes asistió ayer a la presentación, junto al exbarcelonista Carles Puyol, del sistema de repeticiones 360º, que LaLiga e Intel Sports estrenarán durante el clásico y que tuvo su puesta de largo en el Auditori 1899 del Barcelona.

El exdelantero del conjunto blanco apuesta «por un 1-2» y se mostró más preocupado por la baja de Gareth Bale que por la de Toni Kroos.

«Los dos jugadores, al principio, han sido importantes para el juego del equipo, pero creo que la ausencia más importante es la del galés. Cuando juegas con un equipo como el Barcelona, que intenta ser protagonista y toma riesgos atrás, los jugadores que corren bien al espacio, son determinantes en los últimos metros y tienen gol como Bale se notan», argumentó.

LUIS ENRIQUE / Morientes debutó en los clásicos con derrota. Fue la temporada 1996-97, en un partido que el Barcelona ganó en el Bernabéu (2-3), en el famoso retorno de Luis Enrique al feudo madridista con la camiseta del eterno rival y con celebración de un gol incluida, mostrando orgulloso a su exafición el escudo de su nuevo club. El cacereño recordó aquella escena: «Lo que transmite ahora como entrenador es lo que transmitía entonces como jugador: su profesionalidad y ese entusiasmo por el fútbol».