FUENLABRADA: Ferrán López, Williams, Strong, Wideman, Solana --cinco inicial-- Vitols, Salva Guardia, Jorge García, Saúl Blanco y Sergio Sánchez.

OLIVEIRENSE: Seixas, Hoffman, Jackson, Hill, Stempin --cinco inicial-- Abreu, Carvalho, Joao Santos, Mario Pinto, Pedro Pinho, Mota, Dotson.

MARCADOR POR CUARTOS: 26-19, 41-39 (descanso), 69-57, 97-75 (final).

ARBITROS: Requena, Ortega y Sánchez Montserrat. Eliminado: Huffman (min. 37).

INCIDENCIAS: Buen ambiente de baloncesto en el torneo organizado por el Ceres Basket.

El alcalde de Cáceres, José María Saponi, se disponía a entregar el trofeo local. Eran las 21.40 horas y un viejo y añorado grito de guerra se escuchó con claridad en el multiusos: ¡Cáceres, Cáceres, Cáceres! .

La potencia del mensaje no era ni mucho menos descomunal. Pero si sintomática. No eran 5.000 personas las que asistían al fin de fiesta de un siempre mejorable torneo. Eran poco menos de mil, pero era evidente que los que allí estaban --y muchos más-- piden que la ciudad vuelva a tener baloncesto, al menos, de LEB, placer que se les quitó hace unos pocos meses por quién sabe qué y que ahora se cree que es momento de recuperarlo, y en serio, sin especular.

Era, en fin, una reclamación deportiva y nostálgicamente justa. El Cáceres no perdió su condición de club importante en una cancha, sino que a su afición se la quitaron entre unos y otros, aunque la intensidad fuera en declive. Los políticos así deberían entenderlo, se comentaba en los corrillos.

En fin, que jugaban viejos conocidos como Ferrán López, base del Fuenlabrada que lució por aquí; hombres como Salva Guardia, siempre letal ante el Cáceres, el extécnico verdinegro Luis Casimiro... Enfrente estaba el Oliveirense portugués, exrival en competición europea. Y ganó el equipo de la ACB ¿Recuerdan?. En fin, un detalle feo: no hubo estadísticas en un pabellón ACB y en el que un día hubo baloncesto de élite. Otro retraso.