A muchos les llamó la atención a través de la televisión la gran cantidad de banderas extremeñas que había en la grada de los partidos decisivos del Mundial de balonmano. Y es que el triunfo español tuvo el aliento comprometido de la región: aparte de en la pista, con Juancho Pérez como protagonista, casi el 50% de los aficionados que animaron a la selección en semifinales y final provenían de la comunidad autónoma. "Habría unos 50 españoles en total, ¿no?... Pues 23 de ellos éramos extremeños", afirmaba ayer, todavía con la voz rota, el secretario de la Federación Extremeña, Manuel Alvarez.

POR 185 EUROS El viaje ha llenado de gozo a quienes lo han protagonizado: un grupo de fanáticos del balonmano que llegaron de lugares como Cáceres, Badajoz, Mérida, Almendralejo, Calamonte, Puebla de Obando... La madre de Juancho Pérez estaba entre ellos y la conexión entre el equipo y los seguidores fue fortísima. "Los jugadores nos dedicaban los goles y al final de los partidos y sobre todo tras la final vinieron a celebrar los triunfos con nosotros", cuenta Alvarez. "Incluso tocamos la copa de campeones. Nos la llevó Juancho y estuvimos abrazados a Hombrados, a Barrufet y a varios jugadores más", recuerda el directivo, todavía emocionado. También estuvieron en la fiesta posterior a la victoria en Radés.

"Juancho nos decía que estaba orgulloso de nosotros", añade. Más que en la final, resuelta contundentemente ante Croacia, la emoción máxima fue en la semifinal frente a los anfitriones. "Los jugadores nos aseguraban que cuando marcaban goles se nos oía más que a los 11.000 tunecinos que teníamos alrededor", agrega.

Los extremeños lo llevaban programando desde hace más de un año, cuando volvieron satisfechos del Mundial de Portugal, en el que España fue cuarta. Les ha salido por un precio ínfimo: 185 euros que incluían una semana de hotel, ida y vuelta en avión y la posibilidad de hacer turismo. Los extremeños estarán en Túnez hasta el jueves. "Ahora vamos por el desierto", decía al mediodía de ayer el secretario federativo a través de su móvil. Aún no se lo acaban de creer. "Ha sido como un sueño. Hemos disfrutado mucho y nos sentimos partícipes", argumenta.

Ocurre esto en una región en la que no hay equipos en competición nacional desde hace varios años. "Mucha gente nos ha dicho aquí que Extremadura no suena mucho por el balonmano. Nosotros respondemos que hay poca afición, pero muy buena", confiesa Alvarez.