Si tiene 250.000 dólares (178.625 euros) disponibles y muchas ganas de tener un recuerdo imborrable, histórico, de los Juegos Olímpicos de 1968 en México, entonces su dinero ya tiene destinatario. La medalla de oro conseguida por Tommie Smith en los 200 metros lisos de aquella cita ha sido puesta a la venta por el propio atleta, junto con las zapatillas que utilizó, por esa considerable cantidad.

Claro que la intrahistoria de ese éxito no tiene nada de ordinaria. Aquella fue una de las medallas más sonadas de la historia. Y no por la forma como se consiguió (Smith ganó con 19.83 segundos, un nuevo récord del mundo que perduraría durante 11 años), sino por la forma como se celebró. Smith, con el puño derecho levantado y enfundado en un guante negro y la cabeza agachada, y su compatriota John Carlos, con el otro puño alzado, escenificaron una de las imágenes más recordadas.

El Black power alcanzó con aquella manifestación su máxima expresión y la lucha contra la desigualdad racial cobró un impulso impensable con aquel gesto que contó con la solidaridad del australiano Peter Norman, plata y que lució en el podio un adhesivo del Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos, promovido por Henry Edwards, un sociólogo en la línea más dura de Malcolm X.

Los tres atletas fueron expulsados inmediatamente de los Juegos, pero la magnitud de aquel gesto ha perdurado, como la solidaridad de aquellos atletas. Smith y Carlos portaron el féretro de Norman en el funeral del australiano, fallecido casi en la ruina en octubre del 2006 en Melbourne.

Ahora, Smith tendrá la oportunidad de comprobar si el valor de su oro del 68 es tan alto como lo que llegó a simbolizar. Ayer, el diario californiano San José Mercury News anunció que el exatleta había puesto a la venta la medalla y las zapatillas por ese precio de salida de 250.000 euros. "La medalla es importante para él, pero el recuerdo de su victoria lo es más aún. Lo hace por dinero, pero no porque esté desesperado. Si alguien está dispuesto a pagar ese precio... entonces venderá", aseguró el representante de la casa de subastas MIT Memorabilia, Gary Zimet.