Getafe: Sánchez Broto; Yanguas, Belenguer, Nano, Pernía; Vivar Dorado, Gabi, Diego Rivas, Riki (Gica Craioveanu, m. 78); Míchel (Gallardo, m. 63) y Pachón.

Valencia: Santiago Cañizares; Curro Torres, Marchena, Caneira, Carboni; Rubén Baraja (Sissoko, m. 81), Albelda; Rufete (Xisco, m. 69), Mista (Corradi, m. 46), Angulo; y Di Vaio.

Gol: 1-0, m. 17: Michel.

Arbitro: Arturo Daudén Ibáñez (Colegio Aragonés). Amonestó por parte del Getafe a Gallardo y a los jugadores visitantes Baraja, Albelda y Corradi.

Incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada de Liga en Primera División disputado en el Coliseum Alfonso Pérez. El partido fue presenciado por unos 14.000 espectadores.

Un Valencia inofensivo, que apenas disparó un par de veces sobre la portería rival, naufragó ante el orden y el entusiasmo del Getafe, que tomó oxígeno en su camino hacia la permanencia y hundió aún más a un equipo levantino que repitió la imagen poco convincente de las últimas citas.

No fue un primer tiempo con excesivas oportunidades, casi todas a favor de un meritorio conjunto madrileño, que acarició el 1-0 con sólo cuatro minutos disputados, pero el disparo de Riki, tras una mala salida de Cañizares y un posterior pase de Gabi, lo interceptó el italiano Carboni en su trayectoria hacia la red visitante.

El Getafe sólo necesitó otra más para tomar ventaja. Lo hizo en una falta ensayada muy cerrada a la derecha del marco de Cañizares, en la que Michel la tocó, Gabi se la devolvió y el propio delantero azulón envió un disparo a media altura por fuera de la barrera que sorprendió al guardameta del equipo levantino (1-0, m. 17).

El gol fue un castigo merecido para el Valencia, que llegaba herido a la cita tras acumular ocho encuentros consecutivos sin ganar. Defraudó en la primera parte, en la que, sometido al dominio madrileño se dedicó a cuidar su seguridad atrás.

La reanudación tampoco ofreció una versión más convincente del Valencia, que sí asumió la posesión de la pelota, entregada por un equipo madrileño que, con la ventaja en el marcador, apostó por su orden habitual como medicina contra cualquier intento ofensivo de su contrincante.

SIN IDEAS Con Baraja y Albelda desaparecidos en el centro del campo, sobre todo en la tarea de creación, el equipo levantino, en el que Mista había dejado su puesto al italiano Corradi en el intermedio, limitó sus ataques a los lanzamientos en largos a la carrera de Di Vaio o alguna esporádica entrada por la banda de Angulo.

La defensa tomó entonces el protagonismo en el equipo madrileño. Y lo hizo con una notable actuación: se situó bien, redujo cualquier hueco y formó una barrera muy unida con el objetivo común de frenar las aspiraciones de empate del Valencia.

El equipo visitante se perdía ofensivamente cada vez que cruzaba la línea del campo, mientras que los locales jugaban cómodos al contragolpes, sobre todo guiados por la velocidad de Riki y la colocación de Gabi, que probó a Cañizares con un potente disparo desde la frontal del área. Un gol anulado a Di Vaio y un cabezazo de Corradi no ocultaron la incapacidad ofensiva del Valencia.