Portugal espera con impaciencia el primer gran asalto de su Eurocopa (20.45 horas), lo hace desde el respeto a Inglaterra y a su futbolista más popular, un adolescente como Wayne Rooney al que Luiz Felipe Scolari, el técnico luso, admira por su inteligencia. Portugal es un enorme campo de fútbol. Los coches transitan por Lisboa presumiendo de bandera. Existe una corriente patriótica inmensa en una población a la que se ve feliz siendo el centro de atención del mundo.

La publicidad del equipo luso lo invade todo. Inmensos carteles publicitarios de la selección anuncian, desde un banco hasta una gasolinera.

Con este ambiente y fervor popular, el país entero apoya a su selección. Rema a favor y no ganar a Inglaterra sería un drama. Una desilusión. A Scolari se le ve tranquilo. Se nota que cuenta con experiencia en grandes citas. Anima las ruedas de prensa. Da titulares a los periodistas. Y sabe que puede hacer historia.