La noticia que ha conmocionado al fútbol base cacereño y ha abierto en los últimos días una profunda herida entre los equipos que trabajan con la cantera va, afortunadamente, a dejar de protagonizar la actualidad del deporte local. La sangre no llegará, finalmente, al río. La templanza y la cordura parecen, no sin hercúleos esfuerzos, haberse instalado en los protagonistas de esta rocambolesca historia. Los máximos beneficiados serán, sin duda, los niños inscritos en las categorías de prebenjamines, benjamines y alevines, que podrán, a partir de hoy, reanudar una competición que había sido mutilada merced al boicot planteado por nueve clubs que se negaban a jugar contra los equipos del Diocesano.

No obstante y debido a la dilación en llegar a un acuerdo, no será posible que este fin de semana participen todavía los equipos del Diocesano afectados. La competición no regresará en su plenitud, con todos los equipos en juego, hasta el próximo fin de semana (22, 23 y 24 de noviembre).

Ausencia de Monterde

No ha sido sencillo. Las posturas estaban enconadas. Y eso quedaba patente tanto en las airadas reacciones de los distintos sectores durante los últimos días como en los primeros abruptos compases de una reunión que se extendió por espacio de más de dos horas y que no contó, finalmente, con la anunciada presencia de Juan de Dios Monterde, secretario general de la Federación Extremeña de Fútbol.

No faltaron, sin embargo, el resto de implicados que, tras una maratoniana reunión y con la intermediación de Pedro Rocha, delegado de la regional en Cáceres, lograron devolver las agitadas aguas a su cauce.

Fue, en cualquier caso, una tarde de declaraciones altivas, de sorpresas, acusaciones, envidias; de estupefacción, en definitiva, por parte de muchos de los padres que esperaban una resolución en positivo del conflicto. Hubo, por supuesto, cierto desconcierto, declaraciones encontradas, salidas de tono, propuestas de ciencia ficción, pasiones desatadas, juramentos en arameo... la conjunción perfecta para elaborar el guión de un mal sainete.

Afortunadamente, todo quedó en agua de borrajas. Se rebajó la tensión e imperó la sensatez. Lo verdaderamente importante es que, definitivamente, los niños volverán a practicar su deporte favorito. Y lo harán, en una competión aún cercenada, desde hoy, y de forma completa a partir del próximo fin de semana (22, 23 y 24 de noviembre), momento en el que se disputará la tercera jornada con todos los equipos, por fin, en disputa. Los partidos de las dos primeras jornadas que no se disputaron debido al plante contra el Diocesano se jugarán entre semana, en fecha aún por decidir.

Pacto de caballeros

La clave para la paz ha estado en el compromiso de todos los clubs en que, a partir de ahora, respetarán "el trabajo del resto". Los equipos no podrán, de esta manera, "llevarse a los niños con subterfugios", sino que el de procedencia habrá de estar informado de las intenciones del niño de "marcharse a otro club", aseguran.

En estas categorías no se puede retener a los jugadores. Así, habrá que ver el grado de responsabilidad para mantener el pacto y no provocar una nueva algarada. Mientras, los niños pueden volver a disfrutar.