La carrera de Mugello escribió el guión de los próximos 14 grandes premios. Ausentado Valentino Rossi, despistado Casey Stoner, y de qué manera pues ayer acabó cuarto a casi medio minuto, el título que el Doctor perderá tras su doble fractura de tibia y peroné irá a parar, sin duda, a manos españolas. O gana Jorge Lorenzo, que hasta la fecha se ha mostrado dominador de la categoría con dos victorias (Jerez y Le Mans) y dos segundos puestos (Qatar y Mugello) o se corona, ante la sorpresa general, Dani Pedrosa, vencedor ayer, de forma arrolladora, bueno, a lo Pedrosa, es decir, con escapada desde que se apaga el semáforo hasta que cae la bandera a cuadros.

No hay más. Puede, sí, que Andrea Dovizioso, que viene creciendo, pueda echarle una mano a Pedrosa. Puede. Del mismo modo, quien sabe, que Vale podría convertirse en el mosquetero de Lorenzo al robarle puntos a los rivales directos del mallorquín en la última parte de campeonato, pues hay quien cree que Rossi volverá mucho antes de los cuatro meses que le han pronosticado. O gana Lorenzo o gana Pedrosa. No hay más. Ni menos.

Algo parecido a lo que ocurrirá, ya verán, en los otros dos campeonatos, en los que el trío de jabatos españoles integrado por Nico Terol, Pol Espargaró y Marc Márquez, que ayer inauguró su palmarés mundialista con un gran triunfo, se llevarán el título de 125cc y donde Toni Elías, más cauto y cerebral que en toda su trayectoria profesional, ha decidido sacar la calculadora para no fallar en la conquista de su primer cetro mundial, el de Moto2.

PEDROSA LANZA EL GUANTE A falta del duelo soñado (Rossi-Lorenzo) se ha heredado el duelo frustrado (Lorenzo-Pedrosa). De cualquier manera, Lorenzo siempre es el jamón del bocadillo. Porque el mallorquín es, desde que llegó a MotoGP, el chico de moda, el rookie del año, el bicampeón atrevido que persigue la victoria y, como ayer, se cabrea si no gana. "Me parieron así, así crecí y no pienso cambiar. Ser segundo no me interesa. Sí, ya sé que dicen que los campeones cuando juegan bien, ganan y, cuando juegan mal, empatan. A mí eso no me consuela", indicó Lorenzo, que se pasó la carrera a la estela de un portentoso Pedrosa, que jamás, jamás, vio peligrar su arrolladora victoria. "Dani ha estado magnífico y hay que felicitarle", dijo el mallorquín, consciente que el de ayer fue el primero de los 14 pulsos que le esperan. Bastante tuvo Lorenzo con soportar el acoso de Dovi .

La sensación de que los 25 puntos que Lorenzo saca ahora a Pedrosa no son nada la tiene todo el mundo, empezando por el flamante líder y jefe de Yamaha. La Honda ha crecido mucho, mucho, y ya no es la moto caótica que Pedrosa tiró a la basura en la primera madrugada del Mundial, allí, en Qatar, cuando se reunió con los japoneses y les dijo que con aquella moto no podía aspirar al título. Ahora, corre y se aguanta. El líder del Mundial, que no es Rossi sino Lorenzo, ya sabe lo que es soportar sobre sus hombros la presión del todos contra mí. El mallorquín está en el punto de mira de todos. Y está solo. Solo contra todos. Como ha estado Rossi durante toda su vida.

GANAR, GANAR Y GANAR Quedan tantas carreras (14), tantos puntos por repartir (350 puntos), que Lorenzo no tiene más remedio que plantearse el campeonato a cara de perro. A de correr para ganar, como a él le gusta. De ahí que el duelo frustrado, aquel que se creía llegaría nada más aterrizar el mallorquín en MotoGP, haya quedado aplazado hasta que Rossi vuelva a la parrilla. Ya están solos. El trono está libre. Lorenzo tiene ventaja pero la categoría, el hambre y la ilusión de Pedrosa, junto a la fuerza de Honda, convierten al tri en un auténtico peligro.